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sábado, 18 de mayo de 2024

Silencio atardecido de sombras ausentes( poesía contemporánea)

 

Silencio atardecido de sombras ausentes erógenas,
se enredó como musgo gélido entre mis labios videntes,
la tarde despeinada, un corcel indómito,
desgarrando el tul sutil del eco rememorado
de tus huellas salobres.
 
Exploré tu fisonomía, un atlas desarropado sin confines,
sumergido en la penumbra que exhalan los fantasmas
de chistosos carromatos vagabundos,
de salvoconductos desahuciados y regados en el enigma
de arrumacos que la noche letárgica no ha olvidado nunca.
 
Tu mirada equinoccial de la tristeza, una libélula esquiva,
evaporó en la quimera anochecida de recuerdos virtuales,
de abrazos ardientes bajo un sol de medianoche en claustros
de blancuras,
de tintes marchitos agridulces que reposan
en los baúles del olvido, sepultados en las rutas.
 
Súbitamente, la tarde se petrificó suavemente,
congelada en la espiral del universo penitente
de mis cuestionamientos voraces y reñidos.
¡Oh, qué maraña de tiempo desgarrado!
La interrogante recargada de horas comprimidas,
entonces, esculpida en el mármol almirante
de mi conciencia:
¿Hacia qué abismo te precipitas doblegado
en pulsación estelar?
 
Erogenous twilight of absent shadows
 
Erogenous twilight of absent shadows,
entangled like icy moss between my seeing lips,
the disheveled afternoon, an untamed steed,
tearing the subtle tulle of the remembered echo
of your briny footprints.
 
I explored your physiognomy, a boundless undressed atlas,
submerged in the gloom exhaled by the ghosts
of humorous vagabond carts,
of evicted safe-conducts scattered in the enigma
of cuddles that the lethargic night has never forgotten.
 
Your equinoctial gaze of sadness, an elusive dragonfly,
evaporated into the nocturnal chimera of virtual memories,
of ardent embraces under a midnight sun in cloisters
of whiteness,
of bittersweet faded hues resting
in the trunks of oblivion, buried along the paths.
 
Suddenly, the afternoon petrified softly,
frozen in the spiral of the penitent universe
of my fierce and contested questions.
Oh, what a tangle of shredded time!
The question loaded with compressed hours,
then, sculpted in the admiral marble
of my conscience:
Toward what abyss do you plunge, subdued
by stellar pulsation?
Ivette Mendoza Fajardo