Silencio atardecido de sombras ausentes( poesía contemporánea)
Silencio atardecido de sombras ausentes
erógenas,
se enredó como musgo gélido entre mis
labios videntes,
la tarde despeinada, un corcel indómito,
desgarrando el tul sutil del eco rememorado
de tus huellas salobres.
Exploré tu fisonomía, un atlas desarropado
sin confines,
sumergido en la penumbra que exhalan los
fantasmas
de chistosos carromatos vagabundos,
de salvoconductos desahuciados y regados en
el enigma
de arrumacos que la noche letárgica no ha
olvidado nunca.
Tu mirada equinoccial de la tristeza, una
libélula esquiva,
evaporó en la quimera anochecida de
recuerdos virtuales,
de abrazos ardientes bajo un sol de
medianoche en claustros
de blancuras,
de tintes marchitos agridulces que reposan
en los baúles del olvido, sepultados en las
rutas.
Súbitamente, la tarde se petrificó
suavemente,
congelada en la espiral del universo
penitente
de mis cuestionamientos voraces y reñidos.
¡Oh, qué maraña de tiempo desgarrado!
La interrogante recargada de horas
comprimidas,
entonces, esculpida en el mármol almirante
de mi conciencia:
¿Hacia qué abismo te precipitas doblegado
en pulsación estelar?
Erogenous twilight of absent shadows
Erogenous twilight of
absent shadows,
entangled like icy
moss between my seeing lips,
the disheveled
afternoon, an untamed steed,
tearing the subtle
tulle of the remembered echo
of your briny
footprints.
I explored your
physiognomy, a boundless undressed atlas,
submerged in the gloom
exhaled by the ghosts
of humorous vagabond
carts,
of evicted
safe-conducts scattered in the enigma
of cuddles that the
lethargic night has never forgotten.
Your equinoctial gaze
of sadness, an elusive dragonfly,
evaporated into the
nocturnal chimera of virtual memories,
of ardent embraces
under a midnight sun in cloisters
of whiteness,
of bittersweet faded
hues resting
in the trunks of
oblivion, buried along the paths.
Suddenly, the
afternoon petrified softly,
frozen in the spiral
of the penitent universe
of my fierce and
contested questions.
Oh, what a tangle of
shredded time!
The question loaded
with compressed hours,
then, sculpted in the
admiral marble
of my conscience:
Toward what abyss do
you plunge, subdued
by stellar pulsation?
Ivette Mendoza Fajardo