Otra vez está a flor, suspicaz de insomnios
Otra vez está flor, suspicaz de
insomnios,
¡Cuadriculado con todo un cosmos!
Tus misteriosas cúspides, ¿no lloran acaso
en mí?
Entrañas mías, como gacelas ariscas en
campos de
turquesas, ahora domesticadas bajo el yugo
suave
pero firme de la luna lobulada,
La soledad, un cielo pálido, desencantado,
despliega su vastedad como un lienzo inconocible,
tejiendo el vacío con hilos de plata nerviosos,
que nos abre mundos cíclopes de nuevo,
en la reverencia del tiempo zodiacal.
Es la medianoche que recrea un astro en las
mieles de nuestros sinsabores, en esencia
resurrecta de cíclicos albores.
Vientos, cautivos en el terciopelo gris de
decepciones,
susurran secretos antiguos a la desnudez de
nuestras soledades abismales.
Ansiedad desanimada, una sombra verde sobre
la clorofila vibrante
—peces plateados nadando contra la
corriente de mi espíritu inquieto—,
Huesos encendiendo lágrimas como faroles en
la penumbra,
desenraizando mis despertares, esclavizados
a vértigos roídos
que vagan sin brújula por mapas tornasolados,
Elíxires de pánicos, cocidos en el crisol
de ninfas ilusionistas,
dulces y traicioneras como el primer albo
de un sueño interrumpido,
En la mañana de blancura carnal, donde la
luz desvela
los contornos del deseo, o en la
fulguración de motivos olvidados,
como estrellas fugaces en la memoria,
¡Amor, ríete de este combate pecaminoso y
altisonante!
Again, it blossoms
Again, it blossoms,
suspicious of sleeplessness,
Squared with an entire
cosmos!
Your mysterious peaks,
do they not weep in me?
My entrails, like
skittish gazelles in fields of
turquoise, now tamed
under the soft
yet firm yoke of the
lobed moon,
Loneliness, a pale,
disenchanted sky,
unfurls its vastness
like an unknowable canvas,
weaving the void with
nervous silver threads,
opening up cyclopean
worlds anew,
in the reverence of
zodiacal time.
It is midnight that
recreates an astro in the
honeys of our
bitterness, in essence
resurrected from
cyclical dawns.
Winds, captives in the
grey velvet of disappointments,
whisper ancient
secrets to the nakedness of our abysmal solitudes,
Disheartened anxiety,
a green shadow over vibrant chlorophyll
—silverfish swimming
against the current of my restless spirit—,
Bones igniting tears
like lanterns in the gloom,
uprooting my
awakenings, enslaved to gnawed vertigos
that wander without a compass
through iridescent maps,
Elixirs of panics,
brewed in the crucible of illusionist nymphs,
sweet and treacherous
as the first dawn of an interrupted dream,
In the morning of
carnal whiteness, where light unveils
the contours of
desire, or in the flaring of forgotten motives,
like shooting stars in
the memory,
Love, laugh at this
sinful and sonorous combat!
Ivette Mendoza Fajardo