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domingo, 5 de mayo de 2024

Otra vez está a flor, suspicaz de insomnios

 

Otra vez está flor, suspicaz de insomnios,
¡Cuadriculado con todo un cosmos!
Tus misteriosas cúspides, ¿no lloran acaso en mí?
Entrañas mías, como gacelas ariscas en campos de
turquesas, ahora domesticadas bajo el yugo suave
pero firme de la luna lobulada,
La soledad, un cielo pálido, desencantado,
despliega su vastedad como un lienzo inconocible,
tejiendo el vacío con hilos de plata nerviosos,
que nos abre mundos cíclopes de nuevo,
en la reverencia del tiempo zodiacal.
Es la medianoche que recrea un astro en las
mieles de nuestros sinsabores, en esencia
resurrecta de cíclicos albores.
Vientos, cautivos en el terciopelo gris de decepciones,
susurran secretos antiguos a la desnudez de nuestras soledades abismales.
Ansiedad desanimada, una sombra verde sobre la clorofila vibrante
—peces plateados nadando contra la corriente de mi espíritu inquieto—,
Huesos encendiendo lágrimas como faroles en la penumbra,
desenraizando mis despertares, esclavizados a vértigos roídos
que vagan sin brújula por mapas tornasolados,
Elíxires de pánicos, cocidos en el crisol de ninfas ilusionistas,
dulces y traicioneras como el primer albo de un sueño interrumpido,
En la mañana de blancura carnal, donde la luz desvela
los contornos del deseo, o en la fulguración de motivos olvidados,
como estrellas fugaces en la memoria,
¡Amor, ríete de este combate pecaminoso y altisonante!
 
 
Again, it blossoms
 
Again, it blossoms, suspicious of sleeplessness,
Squared with an entire cosmos!
Your mysterious peaks, do they not weep in me?
My entrails, like skittish gazelles in fields of
turquoise, now tamed under the soft
yet firm yoke of the lobed moon,
Loneliness, a pale, disenchanted sky,
unfurls its vastness like an unknowable canvas,
weaving the void with nervous silver threads,
opening up cyclopean worlds anew,
in the reverence of zodiacal time.
It is midnight that recreates an astro in the
honeys of our bitterness, in essence
resurrected from cyclical dawns.
Winds, captives in the grey velvet of disappointments,
whisper ancient secrets to the nakedness of our abysmal solitudes,
Disheartened anxiety, a green shadow over vibrant chlorophyll
—silverfish swimming against the current of my restless spirit—,
Bones igniting tears like lanterns in the gloom,
uprooting my awakenings, enslaved to gnawed vertigos
that wander without a compass through iridescent maps,
Elixirs of panics, brewed in the crucible of illusionist nymphs,
sweet and treacherous as the first dawn of an interrupted dream,
In the morning of carnal whiteness, where light unveils
the contours of desire, or in the flaring of forgotten motives,
like shooting stars in the memory,
Love, laugh at this sinful and sonorous combat!
Ivette Mendoza Fajardo