Trance al anochecer( poesía contemporánea)
¡Con qué excesiva conspiración
se alza el alba hirsuta en hontanar!
lenta, esparciendo sus quimeras
traicioneras,
donde las esdrújulas tenebrosidades se
esquivan
con una calma flemática, un retiro capital
deliberado,
desde la guarida más alejada de un espejo
negado confianzudamente,
reformando epopeyas y dominios sin
confines,
sin la misericordia de un sueño lúcido
astral, sin prodigios.
¡Con qué secuencia fomentada,
mutan los talantes en caídas libres!
Los perfumes helénicos se evaporan a
colores,
los riachuelos, desposeídos de su majestad,
concluyen su canto;
y la ciudad en el montículo de la palabra
se disuelve. ¡Y la ciudad
en la cuerda indelicada se desvanece en el
aire!
¿La luz que sufre de amor se lanza al azar?
persevera unilateralmente hasta el
agotamiento,
ilumina, da primero alcance, seduce formas
diamantinas
y no existe mayor primor catapultado
que su relato migratorio expuesto, que sus
extravagancias
en un retroceso de dicha constante, sin
amnesias oblicuas,
sin vestigios ciegos de trigonometrías
implícitas.
¿Con qué precisión inconmovible,
ineludible,
asciende el tiempo decoroso en sus
deslumbres,
sin avasallar las penumbras que salen de
sus cuerpos,
y se precipita hacia el abismo al subir
hacia arriba de su eje metafísico,
como un espectro cautivo a su propia miopía
trasgresora,
con su luz germinal incendiaria
sobre este dominio inconsecuentemente
dormido
donde todo se ejecuta,
con exactitud inmutable, resuelto,
absolutamente celestial
sin desvaríos cáusticos, poseídos,
ineludibles
como este preludio que me poseyó en un
trance al anochecer.
Trance at dusk
With what excessive
conspiracy
does the shaggy dawn
rise in the spring,
slowly, spreading its
treacherous fantasies,
where the esdrújulas
darknesses are dodged
with phlegmatic calm,
a deliberate capital retreat,
from the furthest
hideaway of a mirror
confidently denied,
reforming epics and
boundless domains,
without the mercy of
an astral lucid dream, without wonders.
With what fostered
sequence,
do dispositions mutate
in free falls!
Hellenic perfumes
evaporate into colors,
the streams, deprived
of their majesty, conclude their chant;
and the city on the
mound of the word dissolves. And the city
on the delicate rope
vanishes into the air!
Does the light that
suffers from love throw itself at random?
It perseveres
unilaterally until exhaustion,
illuminates reach out
first, seduces diamond shapes
and there is no
greater catapulted delicacy
than its migratory
tale exposed, then its extravagances
in a regression of
constant bliss, without oblique amnesias,
without blind vestiges
of implicit trigonometry.
With what unshakable,
inescapable precision,
does decorous time
ascend in its dazzles,
without overpowering
the shadows that emerge from their bodies,
and it rushes towards
the abyss as it ascends above its metaphysical axis,
like a specter captive
to its transgressive myopia,
with its germinal
incendiary light
over this
unconscionably sleeping domain
where everything is
executed,
with immutable
accuracy, resolved, absolutely celestial
without caustic
aberrations, possessed, inevitable
like this prelude that
possessed me in a trance at dusk.
Ivette Mendoza Fajardo