Nunca desciende el símbolo del recuerdo anhelado( poesía contemporánea)
Nunca desciende el símbolo del recuerdo
anhelado,
nunca retornan las sombras del tacto de los
revoltosos,
para desenmarañar el laberinto de Tales de
Mileto
de la esfinge velada y demacrada que no avizora.
¿No se desvanece acaso el mito, dispersando
su esencia entumecida en otra sindéresis
hacia la mar?,
y bajo la luminosidad del orfismo de mis cenizas,
nadie
con la caricia cartesiana del olvido recurrente
redime mi ser.
¡Erguido el estandarte de los pitagóricos ya
que yo nunca
vislumbro su sombra progenitora!
El resuello helado ciñe y sofoca
como un susurro libertario de fiebre capciosamente
frívola,
y en la penumbra de su penitencia reposa y
teje germinativamente
el ensueño de mi espada mutantemente
perdido hacia el infinito.
No abandonaré ni un instante de muto sosiego
de aquellos ecos sigilosos que
incesantemente me cercan.
Un orbe de cataclismos rizomatoso y menguante
enfurecido, errante,
rastrea numen de idealismo oscuro más allá
de Vías Lácteas.
¿Dónde vagabundea mi alma en matices de
rimas arrinconadas,
sino en el abrazo terco del frío tropical,
entre sombras de ciencias empíricas y
perpetuas?
Never descends the
symbol of the longed-for memory
Never descends the
symbol of the longed-for memory,
never return the
shadows of the touch of the unruly,
to unravel the
labyrinth of Thales of Miletus
of the veiled and
gaunt sphinx that does not foresee.
Does the myth not fade
away, dispersing
its numbed essence
into another synderesis towards the sea?
and under the
luminosity of the Orphism of my ashes, nobody
with the Cartesian
caress of recurrent oblivion redeems my being.
Raise the standard of
the Pythagoreans since I never
glimpse its progenitor
shadow!
The icy breath
tightens and suffocates
like a libertarian
whisper of deceptively frivolous fever,
and in the penumbra of
its penitence, it rests and weaves germinatively
the dream of my mutant
sword lost towards the infinity.
I will not abandon a
single moment of mute tranquility
from those stealthy
echoes that incessantly surround me.
An orb of rhizomatic
and waning cataclysms, enraged, wandering,
tracks a numen of dark
idealism beyond the Milky Way.
Where does my soul
wander in nuances of cornered rhymes,
if not in the stubborn
embrace of the tropical cold,
among shadows of
empirical
and perpetual sciences?
Ivette Mendoza Fajardo