Me gusta saborear frutos prohibidos
Me gusta saborear frutos prohibidos, como
Eva, la divina
manzana que degustó en el paraíso del Edén.
Caer rendida en brazos del pecado, retozar,
caminar
por ese paraíso astral, y saborear la
cicuta de tu esencia,
juntando nuestras almas, si juntándonos
nuestro
rutilantes universos de amor y de lujuria.
Sublevación de libidos sin culpas ni
reproches,
donde nunca se consumen las velas del
deseo,
candor de kundalini, deslumbre en los
aureolados sueños;
en sábanas ataviadas, se tejen arrebatos y
locura, ¡Fuego eterno
en tus labios!
¿Quién dijo que en calma quedara la llama
de la foresta?
Tierra explosiva de sensuales fantasías,
llévame al hálito del
castigo, ¡oh amor envuélveme en el follaje
frondoso de tus ansias!
Atrapando auroras, para que los recuerdos
vuelvan
a danzar con el exótico ombligo de asombros
y de gozos.
Entre la noche serena y el clamor del día,
danzamos en los
laberintos verdes del amor.
Lunas acompañándonos en prístinas
soledades, el primer gemido
lo anuncia el silencio, el suspiro en tu
mirada cuando apenas
somos carne dentro de un solo espíritu
libre, para cantar mundos
distintos, para cruzar las alboradas de
nuestros corazones.
¿Dentro de flores transparentes habrá
noches oscuras?
Pensamientos de paraísos que solo el alma
reconoce, los soles
de tu sombra los desnuda, como gacelas
heridas alejándose
de horizontes vacíos y helados.
I like to savor
forbidden fruits
I like to savor
forbidden fruits, like Eve, the divine
apple she tasted in
the paradise of Eden.
To fall exhausted into
the arms of sin, frolic, walk
through that astral
paradise, and taste the hemlock of your essence,
joining our souls,
yes, joining our
brilliant universes of
love and lust.
Rebellion of libidos
without guilt or reproach,
where the candles of
desire are never consumed,
candor of kundalini,
dazzle in the haloed dreams;
in adorned sheets,
raptures and madness are woven, eternal fire
on your lips!
Who said that the
flame of the forest would remain calm?
Explosive land of
sensual fantasies, take me to the breath of
punishment, oh love,
wrap me in the lush foliage of your desires!
Catching dawns, so
that memories may
dance again with the
exotic navel of wonders and joys.
Between the serene
night and the clamor of the day,
we dance in the green
labyrinths of love.
Moons accompanying us
in pristine solitudes, the first moan
is announced by
silence, the sigh in your gaze when we are merely
flesh within a single
free spirit, to sing different worlds,
to cross the dawns of
our hearts.
Are there nights
within transparent flowers?
Thoughts of paradises
that only the soul recognizes, the sun
of your shadow bare
them, like wounded gazelles moving away
from empty and icy
horizons.
Ivette Mendoza Fajardo