Liberada encalada, mariposa,
Buganvilla sonrosada, ajustada corbata,
Cabalgó mi sangre con emulsionada primavera.
Exudó la fúlgida quimera,
Magnetizan mis venas tu pedúnculo;
El sensitivo espolón que mi corazón ensalza.
Revienta margarita tuya en los lúgubres jardines;
Oh, deshójame tú, vulnerable vénceme
Con tus manos colmadas de tu fresca seda.
Justo a su medida cabe como anillo al dedo en mi pecho,
Te acoplas, me acoplo, nuestros labios se juntan
Y una chispa asoma en tu cumbre sumisa.
Ivette Mendoza