Noche de pájaro estelar
tú y yo, elevando
nuestras alas
de soles
vuelo de bemoles
la memoria
en destellos.
La sombra
pone a navegar
sus peces naranjales.
Pájaro ángel de tus cielos
corazón alado
en mis parpados.
Tras el anzuelo del estío
el nido de los cuerpos
el nido de los cuerpos
y el alma.
Quimera en la barca
de las aguas
un colibrí danza
en la fatiga
de tu pecho.
Lienzo concubino
la carroza
que adorna el amante
por el entorno alumbrante
y navega sosegada
por la melodía de los mares.
por la melodía de los mares.
Mi albor en un soneto
proverbial.
Extraño furtivo
el péndulo.
el péndulo.
Oxidada y matutina
la coraza.
Al corazón apenas llegan
Latidos.
Ivette Mendoza