Otra contradicción flota en el manubrio mudo del vacío
Otra contradicción
flota en el manubrio mudo del vacío;
lo verdadero se
apaga, desvaneciendo la claridad que fue.
Aquí, mis
billetes juveniles se visten de sombras,
mis talones frígidos
se ahogan en lamentos
sobre un
pergamino de maravillas;
me exigen penalidades
truncadas:
y una voz se nutre
en la flor luminosa del nunca.
Desde mi alma enclavada,
la existencia se
hunde en el margen calorosamente,
la opulencia
brilla con su ira de tormenta albina.
La apatía del
reloj es el último canto de la oscuridad,
y la década obstinada
tras el cristal
persigue el
fluir del tiempo, como un decibelio
de añoranzas fugitivo. ¡Ah en este instante!
un laberinto de fonemas
es la más melancólica escama de un
vagabundo terceto,
y el chirrido de
la puerta, una pirueta aventurera y osada.
Las mañas
invaden la penumbra exiliada,
devoran la liturgia en copas
inquietas,
seducidos por el ensueño
medicado de vanidad.
Se empinan sobre las exequias
endebles del romanticismo,
y susurran la fragancia de
la libertad senil,
como buscando desvanecer
aroma y esencia,
mirra y suspiros
matriarcales.
Another
contradiction floats in the silent handlebar of the void
Another
contradiction floats in the silent handlebar of the void;
the
truth fades, dissipating the brightness that was.
Here,
my youthful banknotes dress in lustful shadows,
my
frigid heels drown in lamentations
over
a parchment of wonders;
they
demand truncated penalties:
and a
voice nourishes itself in the luminous flower of never.
From
my enclosed soul,
existence
sinks in the margin warmly,
opulence
shines with the anger of an albino storm.
The
apathy of the clock is the last song of darkness,
and
the stubborn decade behind the glass
pursues
the flow of time, like a decibel
of
fugitive longings. Ah, at this moment!
a
labyrinth of phonemes is the most melancholic scale of a
vagrant
tercet,
and
the screeching of the door, a daring and bold pirouette.
Tricks
invade the exiled gloom,
devour
the liturgy in restless goblets,
seduced
by the medicated dream of vanity.
They
stand on the weak funeral rites of romanticism,
and
whisper the fragrance of senile freedom,
as if
seeking to dissipate aroma and essence,
Mirra and matriarchal sighs.
Ivette Mendoza Fajardo