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martes, 1 de agosto de 2023

Tus caricias engendran vigorosidad entre mis venas tristes

 
Tus caricias engendran vigorosidad entre mis venas tristes,
¡tu querencia de codicia estremece mis simientes!
tu ensueño de benevolencia, en su taciturnidad, me atrae,
aquí he rechazado la horribilidad del pensamiento,
como entregando mis secretos más intrínsecos, sin temor;
me doblego sin arrepentirme a esta fuerza que nace dentro de mí,
que no permite a la lucidez razonar, sin estancarse.
Tus decisiones construyen prodigios en mi rostro.
Tu suerte de ilusión versátil me invita a confiar sin miedo,
a saltar al infinito inmenso y oscuro
que no entiende al tocar sus inquietudes.
¿Cómo puedo hallar el bienestar que desea?
Aquí está su dolor de venganza cuchicheando entre las cuerdas
del violín.
Aquí reposa la almohada del misterio donde el
alma descansa sus emociones que entretejiste en noches de insomnio,
la embriaguez del tiempo que impresiona el ritmo acuático de
las palabras enhiestas que se convierten en leyendas
cuando se unen a este silencio de seducciones prohibidas.
Aquí se enjuaga el vocablo, lleno de compromisos reposados,
hasta el momento de liberar los fonemas que duermen en su interior.
 
Your caresses engender vigor in my sad veins
 
Your caresses engender vigor in my sad veins,
your covetous desire shakes my seeds!
Your dream of benevolence, in its taciturnity, attracts me.
Here I have rejected the horridness of thought,
like delivering my most intrinsic secrets, without fear;
I yield without regret to this force born within me,
that doesn't allow lucidity to reason, without getting stuck.
Your decisions build wonders on my face.
Your sort of versatile illusion invites me to trust without fear,
to leap into the vast and dark infinity
that does not understand when it touches its anxieties.
How can I find the well-being it desires?
Here is its pain of revenge whispering among the strings
of the violin.
Here rests the pillow of mystery where the
soul rests its emotions that you wove on sleepless nights,
the intoxication of time that impresses the aquatic rhythm of
the stiff words that become legends like
when they join this silence of forbidden seductions.
Here the word is rinsed, full of rested commitments,
until the moment to release the phonemes that sleep inside it.
Ivette Mendoza Fajardo