El
otoño está en la obsesión de la ilusión,
la primavera en cambio en su júbilo ansía
ser la fragante quimera de toda estación,
el otoño solo es un cuerpo que desvaría.
Corazón amado y trocado del nuevo día,
día de ansiar y sollozar en largo invierno,
día de ansiar y sollozar en largo invierno,
en cuyo frio sostuvo a Dante en el
averno
y el fuego se atizaba aún más cuando
él reía.
El verano intuía un castigo que era extraño;
nacía de sus ojos el mal del
pensamiento
pero decía que era la salvación de
un hermano.
Otoño, primavera, invierno y verano,
que hay en las estaciones que es
tormento,
¿Es acaso la fortuna que se escapa
de mis manos?
Ivette Mendoza