Hoy los sacuanjoches y madroños avanzan
un jardín maravilloso de valientes
que con ráfagas de gritos y palabras
llevan fructíferos albores de la esperanza.
un jardín maravilloso de valientes
que con ráfagas de gritos y palabras
llevan fructíferos albores de la esperanza.
Se siembra el Chayo palo en las
arenas del desierto y lo cuida
un ojo, rojo y negro, ciego o tuerto.
¡Danza la bruja en su cólera de rayo!
Dueña del todo y dueña de la nada,
pues tu sombra ya no se resucita
pues tu sombra ya no se resucita
porque se está quemando ahorita.
Queda el corazón acongojado
de tanta sangre derramada,
de tanta sangre derramada,
un azul y blanco de almas
incendiadas
cansadas de tu lagartismo
inconsciente
y despiadado.
Ivette Mendoza