Viste la blanca noche candor y opresión
viste elegante en su vestuario de salva,
viste elegante en su vestuario de salva,
vestuario que por dondequiera refleja el alba,
en la cual agujas e hilos costuran su emoción.
Grito ensordecedor de paciente tropiezo
me busca cuando toda ilusión se admira,
de paso sangra reclamando su embeleso,
de paso sangra reclamando su embeleso,
y en mi pecho se abre con el nombre, Sira.
Credo de la piedra blanda acogiese con dolor,
su ahínco de clavarse en el recuerdo y el latido
su ahínco de clavarse en el recuerdo y el latido
junto la gaviota en su goce íntimo de amor.
En sus alas comenzaba el viento redimido
en un intento de salvar su mustio candor
¿Qué más deja cuando el tiempo se ha ido?
Ivette Mendoza