Distancias consumidas que el mundo
destraba a sabiendas
Un grito diluido sobre la sed
insatisfecha encontró cielo
con destello del trino
Por sus contornos claros, cuando más
fríos están, vibran
los pulpos con sus brazos de cristal
La roca girando por la quebrada para
aplastar el hada
inmóvil
Soy el ojo que ve como espías y la
mitad de lo que espías
ya no está conmigo
Relojes que no miden ni dicen el
tiempo porque solo hay
luz en los espacios apasionados de
las horas
El amor está aquí para derrocharse solo
tallado por la suerte
Ríos de tristeza desembocan en los
espejos de mis mares
Rescate de amor en metal fundido nos funde en vida y muerte
¡Oh mundo que me acoge sin darme ni preguntarme
nada!
Has sembrado en mi cuerpo, una bella
flor hasta que mi
alma sea libre; rezo entonces
durante las noches para purificarme
Ivette Mendoza