Ungida por el faro de las buenas
nuevas.
Mi rito divinizo ya celebra, su sonrisa
y
los tres peniques en un cuerpo
duchado,
que perdurando en el instante enristra.
Yo labro con palabras una estela
lunar
que en el mar de las delicias me acompaña
Perseo y la Venus terrenal
pues ellos al igual que muchos
vienen de lo virtual .
Ya cierta vez lo dije entre líneas y en lo casual:
de nada me arrepiento lo digo y lo
repito
mi vida ha sido hecha sólo para la alegría
mi corazón dibujado en besos y en
olas
no alberga ni rencores ni tristeza:
es solo sacar un filtro de aventuras
que va
de oler a vida quemada a salir a
carcajadas.
Ivette Mendoza