Se reduce a cenizas un fiero verano,
muere en la tempestad de los días,
en la fiereza consumida del calor y
del saber
en el día de los santos se consume
lleno de pavor,
interpretación de toda calma, no
pudo ser amor
cansancio de agonía piensa en tu ojo
feroz
la fría cripta de la cual amaba
tanto la convirtió en furia,
bebió el tiempo a pedazos hasta
hacerlo realidad
tomó dentro de sí la lujuria de los
muertos y
la carne
temerosa de los vivos,
descubriendo su cuerno de cuervo ¿y
se inmoló?,
dejó más vacío el vacío, sin saber
que el sentido de perdida
un ángel diablillo lo causó, el
ángel diablo su lengua amordazó
y tu dentro de los humos tenías poco
que decir,
cataclismo del secreto aumenta su
indiferencia
dentro de las cenizas, la chispa de
la luz, martirio
ante la sombra de Dante jamás o
quizás se divinizó.
Calculación errónea del detalle, nos hace volver atrás.
Todo es asunto de truenos y relámpagos,
yo solo veo tu imagen
en ellos.
Ivette Mendoza