Para morder las cuerdas fieras en el
filo
De la palabra pasándola por un eco
Con mis labios húmedos, tanto que
Hago y deshago al ser de luz
amalgamada
Para hallar el infinito cetro de mí
feliz latido
Y no regresar al resello del mar de
sed
Como quien regresa al punto cero
Que llega al fondo de esta ancestral
razón
¡Fuerte cual armadura de plumas!
Y que la vida se recobre de vida
Con la boca noria y tus ojos
ausentes
Sobre su ecografía inminente.
Ivette Mendoza