Soy la pared creciendo contra el
suelo
tierra abajo y cielo arriba,
la palabra sutil abajo y la penumbra de mujer
arriba
Ya no existe techo obstaculizador, pues soy el firmamento al revés.
Comulgó con mi vestidura en la cola de la
vejez
Soy la comunión de insectos y
la dislexia de mi entrecejo me pide la mano,
como el duende de tu voz en alabanza.
El rostro orgulloso de mi costado arrecia
a paso firme
La mente que lidera y que impera.
Soy el barajeo de cartas, lista para
triunfar,
textear el pensamiento cómplice de
una araña
donde mi cuerpo sostiene su sombra y
su maña
Escucho la diminuta exhalación de un
golpe seco
mientras la noche sea duradera
llega la jornada diaria del desaparecer
Ivette Mendoza