Metamorfosis apócrifas en terrones de azúcar
Escualos en un cristal oceánico cavernícola
Asfixiantes y empalagosas cuevas del desamor 
Todos me recuerdan en sus mieles caníbales
Ofreciéndome el calabozo gaseoso del silencio     
Tristes noches nómadas, tristes días sedentarios
Seamos devorantes en el perfil de las escamas
Latiendo y profanando alrededor de nuestra sangre
Huyendo bajo la bendición del oro comestible.
Y todo sucedió así: Porque iba rodeada de 
Falsas calaveras con huesos
militaristas   
Que reían a la muerte y lloraban a la vida
En una ceremonial historia de roca polemista
En un mar de azúcar con peces que descubrían
Su percepción de arena en una barca a la deriva.
