Saboréame, luna glotona, hasta el empacho
Saboréame,
luna glotona, hasta el empacho.
Tu rara manía
de deglutir vísceras.
Una despiadada
ley que diluvia su vértigo estéril
como una fábula
para el sacrificio
como un jardín
de hienas nombradas por
el
descalabro,
apenas como
un reflejo talismán inútil
estrújame al
deshilacharme.
Carne para retozar
en tu luz carnívora
Refacción de
tumbas como plato atroz y
órganos mágicos
porque todo tu
empeño te lo gastas en
en un hueso
doliente.
La cuchara entrometida hacia una boca discordante.
Astro encendido
dando chillidos sin dolor
mañana es el
día de la pasión del flagelado
sucede que
desde el principio no hay sensata
salvación.
Ivette Mendoza Fajardo