Esa reacción química que contabiliza
Esa reacción química que
contabiliza
el tronar del dedo pulgar
entre
los planes de desarrollo agropecuario
y sus vapores coronarios, se
presiente.
Un viento necesita de todas
mis virtudes
para administrar su
radiografía aristotélica.
Elementos científicos que
aman la invención
de un pulmón atómico que
decide devorarme
dentro del mutismo ciego al
respirar.
Consciencia de alquitrán
sindicalizada en mí
vertebrada máscara mentolada
en soledad
con el denominador común a la
fantasmagoría.
Nomenclatura física de perlas
asesinas
lanzan un puñado de
generaciones con
olores a cortocircuito.
El cañaveral de la tangente
se casa con el
mejillón de la poesía
mientras que su
hermanastra, la ciencia de la
mandíbula batiente
trasplanta y machaca una
realidad de abecedarios
mercenarios de color agreste.
La liberación de las hormigas
locas gritaba contra
las patas de un avestruz que
aplaudía derrocar
la muerte con un cuchillo de
celofán.
Las balas eran los panfletos
que tapaban el ojo
tuerto de un litro de puertas
y se golpeaban
el alma hasta arrancarse los
colmillos deshumanizados.
La dentellada de la
cotangente aprieta bien
televisada a descocer arañas
entre un pasado
sin fin y su biogenética diversión, del cual juegan al
verso de las mañanas
sobrenaturales.
Ivette Mendoza Fajardo