Hoy se acalambra la nostalgia
solitaria del crepúsculo.
El óvulo sideral amortaja los
siglos del pan azulino.
El cascabel energúmeno ensaliva
la orilla de los vértigos.
La estepa y su plumaje nácar
exhuman la sinrazón
de los tercetos.
Y la luna idolátrica acorta
el temblor de su pupila de esmeralda.
Las mañanas de trigo sacuden
sus alas de terciopelo,
con sus voces delgadas
derretidas en melancolía.
Ivette Mendoza Fajardo
El óvulo sideral amortaja los siglos del pan azulino.
El cascabel energúmeno ensaliva la orilla de los vértigos.
La estepa y su plumaje nácar exhuman la sinrazón
de los tercetos.
Y la luna idolátrica acorta el temblor de su pupila de esmeralda.
Las mañanas de trigo sacuden sus alas de terciopelo,
con sus voces delgadas derretidas en melancolía.