Las garras inocentes de la vida 
 
Las garras inocentes de la
vida dejadas a solas,
reposan en lo que las
estaciones cambian
para ocultar de espacio ese
previsor diablillo.
Señales, pues, de las sombras
moribundas
en ese dominio oculto,
cada  vez más benévolo
y esas cicatrizadas estancias
de la remembranza,
sin altas murallas para
deletrear su ciencia,
que estas ideas no queman por
ninguna parte,
esas garras inocentes hasta
las garras inocentes.
Ivette Mendoza Fajardo