Desde la acurrucada lluvia sesgada
 
Desde la acurrucada lluvia sesgada
del crepúsculo apasionado de tus ojos,
mi esperanza se siente abrumada
 por el aire sonriente, ya robustecido solo por el
olvido.
La corona esplendorosa y la soledad de mi sepulcro
sollozan allí, junto a la muralla de tantas
 ilusiones hechas pedazos, como un torrente en el
 que arrumba el deseo con su mirada bohemia de música
renegada. ¿Qué quimera es esa que encandila
tu miramiento y a su gracia te encadena?
Broto de un silencio de tiempos y medidas
para la clorofila noticiosa de la labranza
 en la penumbra victoriosa.
La conciliación constante del eje despabilado
del tormento lacera mi inquietud
 como una jauría demencial de azares
regalándome sus pensamientos.
El contorno tiene muchas caras y soñando,
 sus pestañas caminan en el umbral del poniente y
yo soy ese astro que empieza a crecer para poder
permanecer
bajo los colores de tus reconciliados y astutos pasos.
Ivette Mendoza Fajardo