Era una mañana de cidro y Génesis
Era una mañana de cidro y Génesis,
intuición de centellas y torbellinos.
Exorbitante el infinito se alargó envejecido.
Jadeante de vínculos y vértebras de flores,
arraigado al destino con cetáceas cicatrices.
Apéndice de la espiga necia y su azul
religioso.
Atrapar océanos, con muerte de renglones,
como cuando es sapiente tu hipocondría.
Descalza luna en obscuridad de borrasca.
Voluptuosa tranquilidad de puerta absorta.
Elixir fraccionado por un pueril tormento.
Siglos que corren en la fama de la ira.
La moneda solitaria no entiende todavía la
veracidad de las cosas.
Razón de moneda, de tu solo baladro.
Al morir te llevaste, el recuerdo de tu yo.
Fiera la aurora, serpentea en tus ojos,
chillidos de soles negros, azotes de azúcar.
Sentadillas de conciencia en sus tristes
senos
empuñan verde tu recuerdo, miocardio de
tu amor.
It was a morning of
citron and Genesis
It was a morning of
citron and Genesis,
intuition of sparks
and whirlwinds.
Exorbitant, the
infinite stretched out aged.
Panting with links and
vertebrates of flowers,
rooted to destiny with
cetacean scars.
Appendage of the
foolish spike and its religious blue.
Catching oceans, with the
death of lines,
as when your
hypochondria is wise.
Barefoot moon in the
darkness of the storm.
Voluptuous tranquility
of an absorbed door.
Elixir fractionated by
a childish torment.
Centuries running in
the fame of wrath.
The solitary coin
still doesn't understand the
truth of things.
Reason of coin, of
your single bleat.
In dying, you took
away, the memory of yourself.
Fierce dawn, serpents
in your eyes, with
screams of black suns,
sugar lashes.
Squats of conscience
in its sad breasts
clench green your
memory, the myocardium of
your love.
Ivette Mendoza Fajardo