Palpitando amores
Anoche los amores palpitaban en un espacio
solitario, consumidos por sus voces leves,
como
una suave nota extraña de recordada desolación;
perfume de sábanas nuevas entre nombres
ya acorazonados con pecados infinitos,
no más pequeñitos.
La vida apenas comienza a germinar amores
tibios, de rostros virtuales, mientras la
noche abraza
un fantasma de realidad en rítmicas
elipses, sin dolores
con muchos colores, como dos relámpagos de luces boreales.
! ¡Oh todos amores!
¡Hoy renacemos con arte estrafalario,
tocando tu piel sin cruzar el olvido
virtual!
¡Besos humedecidos por tormentas
inesperadas en un día casual!
Por eso el día avanza con toda pompa, sin
desesperación.
Aguas que vierten un amor constante, sin
turbar los sueños,
chispas abrazadoras como girasoles en
armonía,
besan suavemente el mar, como fruto
maduro que respira en mareas de labios o
dentro de melancolías,
entrelazados, repitiendo tu nombre y el
mío.
La pasión es el más largo de todos los
caminos,
porque nos quedamos dormidos en las manos
de la primavera,
como una flor que se abre, como puertas
abiertas, como lluvia
primera palpitando amores y más amores.
Ivette Mendoza Fajardo
Ivette Urroz