La silueta de mi existencia me abarca
La silueta de mi existencia me abarca, como
en aquellas épocas
ya idas por la inconsistencia, con igual
ostentación, rugiendo
de una falange fallida de lo eterno. El
envés concordante
de la mitología intuitiva, la gran arcana
numeral sorprendida
de lo evolutivo; hábitos de las elipsis más
casuales, súbitos
en el átomo, de la perpendicular hacia mi
entorno, irá vagando
cuando las suturas del alba son los
madroños de mi ser.
Con el mismo nudo paseante y virginal
cortejo, lo inesperado
era una pasible, animada pretensión de
cristalino temperamento.
¿Cuál será la idea de mezclarlo todo con un
fuego recreador?
Aún vivimos; y vamos cambiando porque nada
es permanente,
vamos amando, mientras se ensaya lo
rutinario. ¡Oh, Heráclito,
y tus mundos fluidos, todo fluye, todo
fluye! “Con conocimiento
de causa” el sueño ya no es sueño, sino
una vida de filigrana entre oquedades,
suspirando, aunque transitoria,
elige el momento apropiado de los
interludios del mundo con su llamarada.
Y, aunque no pudo ser un principio
invernado, no abarca
aquel yo pasajero de lo eterno.
Y lo imprevisto se conforta, porque
entiende que muchos otoños
sedientos de colores acaban olvidados y que
la silueta de mi
existencia puede ser algo más…
Ivette Mendoza Fajardo