Related image

martes, 6 de agosto de 2024

Vive y mira un viento óptico en romántico desvarío

 

Vive y contempla, mi alma, un viento óptico en romántico desvarío,
refulge coronado de congojas, mientras cuervos niños lloran su desventura.
¡Oh ternura, ilustre diadema de los días! Un pudor sarcástico se alza,
elástico, en la rústica indolencia de pliegos cargados de hazañas,
serias e imperfectas, talladas en el dolor de lo inevitable.
El eucalipto se desliza en humedades de alegrías, jugando con nosotros
en un nido crispado de olvidos, como soles floridos que esgrimen espadas
en tormentas de ensueño, titilantes y soñolientas.

En la paciencia aburrida de carnavales desconcertados,
la torre anuncia chistes de pequeño calibre, que ahogan su risa
en un mar Atlante, por el latín de la ciencia olvidada.
Cupido, enredado en rizos simétricos, deshace con su arco
el tejido blando de la enredadera de la pasión.
Necios dijes, congelados en el tumulto del milagro,
repiten su veneno novelesco, bandido y sacudido
por los ramajes internos de una secuencia nunca escrita.

Raudales de sensualidad gélida se entrelazan,
recordados en el abismo de sinsabores de alquimia mordiente,
mientras dientes tercos desgarran la amistad deslucida.
Papel callejero de melancolía ilícita, grabado en la retina
de una vagabunda gemebunda, perdida entre el perdón y el desprecio.
Que mis ojos no lo vean en su Romeo purificado,
mientras Afrodita, oculta, perfuma los umbrales del Olimpo,
dejando su rastro entre sombras que nunca conocerán la luz.

Ivette Mendoza Fajardo (Ivette Urroz)