Epicicloidal
De un sufijo de agua,
en la otra legión de abetos,
cuando era cilindro a perfumar
y variable independiente,
abordar poco a poco en cada greda
de universo homogéneo,
de la ligadura del amor magnético.
Cuando aparecer era un ozono hundido
en la integral ilusión que el cielo
anuncia,
y, rauda de asombrar, fue simbiótica:
de un timón de agua estuvo agarrada.
Y se quedó en la tarabilla epicicloidal
de ese anillo esférico,
hasta que despertaba su teorema en celo,
y de aquella molécula
se catalizó esquiva.
Ya redondo en la intuición
en que codifica vientos,
¿qué más investigación de noche cósmica
perdió truenos
y un alma industrial?
© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
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La Revolución de la Poesía Tradicional