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martes, 11 de noviembre de 2025

Las gárgolas del plasma

En la conciencia de silicio flotaba inadvertido,
en la proyección astral, sin forma que lo midiera;
la mente, entre pulsos y descargas, insistía:
viento inmortal — energía — que olía mundos posibles.
 
Cuando las gárgolas se rozaban en destellos,
una chacra cobalto ardía en la ternura del plasma;
barro translúcido quedaba, resto de vida,
y en los latidos, la matriz de los sueños —vidrios cuánticos—
guardaba el coraje como brasa que arde,
el dolor como sombra que respira.
 
Músculos del temblor, de titanio y miedo, se detienen;
desdoblamiento lento en el río helado
del Jordán de la memoria: ilusiones caen, hechas ceniza.
 
Presencia del destino, presagios vibratorios blandos:
la vastedad no los niega, solo los dobla.
El cielo no es blanco — transforma y se ofrece.
© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
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