Geometría del Fiordo
Sobre el verde dinamo del efecto Peltier
el adverbial termistor cedía su densidad
ayer;
en un suave frotamiento de muda mitografía,
ajeno al breve pulso del germen fitófago crecía.
Una homeostasia tersa de acetileno urdió el
celular,
y una cóncava tristeza vibró en lo
perpendicular;
lúcida en su declive, por ello más obtusa y
fractal,
cuando el coseno en duelo plegó su
cardinal.
Por una escala táctil subía el cielo
trapezoidal,
y en el brazo boreal la exhalación permuta;
un fiordo interrumpe el pulso exacto de lo
imposible,
y en el arrebol extremo la cifra se
desnuda, visible:
solo el barómetro, en su mínima deriva,
abre el deshielo limpio de la coordenada
viva.
Métrica Imperfecta
Pluviómetro de la inocencia y la ventolina,
dos mármoles calados por la luz isoterma;
pidiendo deslinde al medanal que gobierna
la cuerda más exquisita: su aspereza fina.
Esta maquinaria encallada en fuga de
bravura,
oh métrica imperfecta que vibra en la
porosidad;
catalizador pétreo de lo tenue y lo
naciente,
del absolver sin forma y el anunciar su
hondura.
Sal a tu alegría barítona, fístula de
ahora;
bitácora de sangre que en su música demora,
indagando la acolia mustia, la combustión.
Y al tortícolis demencial, por ungüento
rendido,
sabiendo que la urticaria del planeta ha
surgido
del bocio rotatorio de la inactividad en la
visión.
Copyright
© 2025 Ivette Urroz.
Ivette Mendoza Fajardo
Todos los derechos reservados
