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miércoles, 27 de abril de 2016

No más caricias




¡No más caricias, ponzoña!
Conozco el juego de tus mentiras
Te veo entre matices fallidos,
Follaje obtuso de armadura.

Te sigo viendo de nuevo, aquí,
Aquí donde menos deseo verte.
Verte y fluir aburrido, fluir sin ser
Transformado. Más avispado que las
Avispas.
Soga desmedida al grito, grito.
Soga agreste, comedia encima
De todo, encima de nada.
Pobreza solana agarra lágrima
Cercana, ahora mismo, a cualquier
Hora, casi, casi nunca, siempre.
Grito, grito para no verte, grito
Y tú no escuchas mi grito.
¿Qué no lleva su delicada voz?
Ando observando el cuenco
Desolado y nada he encontrado.
Hace calor, nicotina quemada.
Pájaro negro, infiel a la tierra,
Infiel y oscuro y obtuso, infiel.
Corazón fruncido que ya no recorre
En mis venas, ni en las heridas.
Hace calor y ocultas tu mirada,
Perdió el sentimiento, tomas el mío,
Te apetece, lo arrebatas, te sirve
De corbata, lo desbaratas y te agrada.
 Ivette Mendoza

martes, 26 de abril de 2016

Modular la cuerda final


Modular la cuerda final
Cae de modo monada.
Monaguillo acude a monasterio de misterios
Aguanta punible hambruna
Adelanta en collar de zozobra.
Prole profana proclama cielo lunar
Se ufana en el arte de recortar historias
Sin glorias recordadas, aumentadas
Al fuego filial que reniega la luz solar.
Victoria recitada de memoria mal acostumbrada  
Ceñida  nos deja sin reaccionar, mantenida.
Fogoso fragor de lucha sin pudor  
Se precipita  visible al invierno invencible
Llamado dolor.
Manso argumento  imprevisto
Cara embotellada del mal
Resulta desenvuelta  
En rimas y versos perversos
Manantiales libertinos indisolubles
Barcos inciertos, alertos.
 Ivette Mendoza

lunes, 25 de abril de 2016

Maquinal


Hay una maquinal confusión en la faz del fusil,
La enjundia del tigre averiada sobre el montículo.

Sensaciones divergentes en el rostro estoico de la gente,
Entre el fuego y la fuente, el juego de armas, tu y yo.  

Naciente, naciente, fluctuante,
Rechazo de amor, amor enroscado en espacio ensayado,   
Describe el carácter de un pistolero vaquero.

Soliloquio de fogatas en el desierto de Arizona,  
La intermisión de la piedra expatriada.

Impasible paradigma agrandando esperanzas
Que devora un libre pensador.

Sueño precolombino en el umbral de una pirámide  
Que amanece celeste en la herradura silvestre,
Se ensortija, serpentea antes de expirar.

Ausencia dentro de la ausencia,
Delega el poder de su ser a la palabra mortal.
Ivette Mendoza

Carro de fuego


Carro de fuego:
Velocidad de aves agregadas
A la musa inspirada, inspiradísima
Entronada en la flexibilidad del
Suspiro.
Dulce sombra que borra la cicatriz
Del sueño del ansia abrevada.
Azota el viento tramposo a la
Resina que busca la claridad
Del astro.
Un fantasma marchito se escapa
Del maletero con deleite embustero.
La crueldad del ojo, su ojeriza
Ondulante delirante hacia la
Llama del frio.
El duelo de soles injertado en la
Consciencia juvenil.
El derrumbe del crepúsculo,
Su avalancha de mentiras, la
Modorra de clavos que desborda,
El frágil castillo donde pulula.
Se enciende la lámpara, se clona
En tu piel, se pronuncia victoriosa
En ella.
Laguna del pubis, corazón astillado
Que sube por el alba con oscuras
Agendas y su cacofónica resonancia.
El mercante chino que vislumbra
Dominar las almas en el universo
Mercantilista, nos acercamos temerosos,
Pero nos atrae su aurora boreal.
Ivette Mendoza

domingo, 24 de abril de 2016

Cigarra



Hermosa llamarada,
Cigarra de yerba en yerba
Canta continuo, música
Del rojizo musgo selvático.
Se siente, se clava
La dulce vibra en el alma
Y nada en astilla acaba.
Rige el imperio del follaje
Cantata de pléyades
Resonante y grata.
Canta, canta
Mientras más canta
Las flores se levantan.
Suaviza la piedra dura,
Hechiza la voz poderosa.
Misteriosa en luna clara,
Venus en broche la ata.
Yace al centro de alma,
Nace del verbo idea,
Se engendra cantora
                                    Y gozosa. 
                                        Ivette Mendoza

sábado, 23 de abril de 2016

Mar de burbujas


Mar de burbujas, almirante sin copete
Almirante burbuja, borracho hasta el copete.
La cucarachita Mandinga mendiga un trozo
De pan y no se lo dan, se lo roba, entonces
Un mandarinazo le dan.
Lúcida luciérnaga de broche luce una muchacha
Fantoche. Luna en lunada lunática proclama
Ver una laguna fantasma y ve los pavores de
Sus almas, los errores de sus desaciertos, los
Hedores de sus desalientos.
Hoy se estrena la vida mis antojos de frutas,
La visión madura de espíritu enclenque, la
Alondra que posa en mi alma en su escalera
De asombro que toca Do-Re índigo en canción.
Chinchilla amarilla célebre celebrando su
Éxito con celeridad e insiste en estar célibe,
No le atraen los machos celosos.
Acacia con pecas que desciende del agua
Con mucha gracia, en su mayor parte peca
Por tonta y llena de miedo, se emboza detrás
De palabras, que forman una poza y se pone
A temblar como si viera una gran osa.
La carcajada funesta en una fiesta se traga
La alcoholizada noche y angustiada termina
Su bacanal carnal en los pies de Baco y un
Dios infernal, su destino es una astilla quemada
Con hedor a azufre.
Ivette Mendoza

Se escucha pulverizar al fanfarrón



Se escucha pulverizar al fanfarrón


Se escucha pulverizar al fanfarrón y su ego, ruborizado calor de cocina.
Embarazo embarazoso recorriendo la geografía huracanada que retumba
A mis pies. Carcajada radical sin raciocinio suele revolcarse en el revoltijo
De libros. La nómina del pecado enumerado, hidalga repuesta nos da
Alienadas. Estudioso reencuentro lujoso encerrado en cuatro paredes,
Guiado por lagartijas investigadoras que estudian las vértebras del clítoris y el amor sincero del falo. Reacio y real se incuba la brumazón del miedo
En los muebles de la antesala. La tierra movediza del licor empedernida,
Sin quijada por el desequilibrio. Hibrido y electrizante, relincho de caballos Alrededor del orbe conoce su destino y su arte de relinchar. El hombre-niño Rastrea su razón en un calamar para poderse calmar. Hay un gato encerrado en Todo corazón del hombre, un tigre en el de una mujer. Una guardatinaja 
Guarda en la tinaja los secretos guturales del agua, a veces sospecha que no los Ha guardado. Despistado eclipse ensombrece imitando la fábula del gato y el Ratón, entra a la cosmografía felina.
Ivette Mendoza

Ingrávidos ojos


Ingrávidos ojos del musgo, por el oblicuo
Horizonte, con su cola óptica azota
Al viento, negruzco, blancuzco.
Pecera de celuloide, en su agua sutil
Crece una palmera de la nueva era, añil,
Crece y sigue creciendo, crece en Abril.
Bola de bocas, se tocan y se alborotan,
Rebotan y se vuelven aquietar.
Precios escalofriantes suben y bajan
Y se liquidan con pistolas fulminantes.  
La belleza comercial comercializándose
En el corazón de Paris.
El trafico congestionado y acatarrado
Del alma, su contagio lento, viral y mundano.
La alegre penumbra danza en un solo pie
La zumba.
Martillo que martiriza las preguntas
Martilladas y las deja mareadas, martirizadas.
El gato con botas marcha la Marcha Triunfal
Con paso y ritmo hitleriano
Nace de ti, la aurora que peina mi cabellera
Y me hace pensar siempre en ella.
Se desprende de mí una lágrima de cristal,
Cae al suelo, se quiebra, se convierte en
Caramelo.
Desnuda, suda la beldad del corazón
Cuando le dan la razón.
Un virus con alas vuela y se propaga,
Se hace la maldad del mundo antropófaga.
 Ivette Mendoza

viernes, 22 de abril de 2016

Ondeando


Ondeando,
Abrazando el mundo,
Fulgura el alba.
Bajo el hierático silencio
Se presenta el consuelo
Y luego se escucha
Su humanístico hablar.
Flama heroica
Ardiendo inmutable en
La libertad democrática.
Tierra sollozante,
Fecunda llanto
En la agonía de Abril.
Llega la noche,
Empieza la lluvia,
La hiedra prepara,
Su cama de dolor.
Ilusiones de jade
Disputan el Mar
De la China.
Lúcido jacinto
Enjabonado
Se hace ilustrar.
Justamente tu corazón,
A la medida del mio.
Ejercito de duendes
En la psiquis de
Las flores.
El sabor de las rosas
A miel, la alegría del
Mundo.
En primavera,
Sueños de hadas
Besan los campos.
 Ivette Mendoza