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viernes, 28 de agosto de 2015

Azogado olor del tiempo

En el azogado olor del tiempo se marcan las horas absurdas entonces me enojo
Y decapito el destartalado recuerdo que crecía como bejuco en el valle reseco de
Mi alma.

Soy más que una estepa verde de pasión, Soy el frenesí desbordado de metáforas
Que me induce a escribir y olvidar cuando la razón es necia y quema.

El sabor de mi cuerpo excitante, apetitoso, penetra exquisito dentro de las papilas
Gustativas de tu erótico corazón y te hace perder la cabeza.

La única gruta que conozco y no tiene laberintos, es la gruta del amor donde me
Entrego libremente sin el cuchicheo ni la mirada de la gente.

Tu liquida pasión me desintoxica y siento la vida como un sueño de metáforas
Sin misterios que a su vez las noches son azules y los días sin tenerlos que
Batallar.

Tu corazón se vuelve agua en el desierto socavando arenas profundas
Mientras el mío crece como una palmera y luego huye de ti.

He nacido de nuevo para conquistarte y para volver a reescribir la vieja historia
Nuestra.

Llegaré a ti con mi destreza antropofágica pasional para que pueda calmar
Tus gestos marchitos que se encienden como luces del Madison Square.

Todos somos iguales cuando el dolor es el mismo, cuando el miedo nos persigue
Tieso y parejo y las lágrimas se vierten por el mismo lugar.

Yo recuerdo que estuve allí, que palpé tu cuerpo, besé tus labios cuando el cielo se
Abría como una rosa mística y sucumbimos al ensueño.
Ivette Mendoza
2015

miércoles, 26 de agosto de 2015

Anochece el cielo en tus labios

Anochece el cielo en tus labios al que arranco con los míos
De un tirón y me somete a tu esclavitud.

Vientos que se estremecen en el acaramelado impío ramaje
Y su brisa parece una sinfonía de luciérnagas rimbombantes.

Nuestro lecho es la fraganciada algarabía entre los pechos
De la luna arcana y el lascivo sol que alumbra nuestros días.

Mi corazón es un volcán de ensueños que al explotar se
Esparcen en tu pecho como una llovizna de oro y tú me amas y no lloro.

Cada árbol es como un ramillete que se acerca a mí y en mis
Manos pone un manojo de esperanzas.

Tus besos vienen bien torneados desde la colmena en el cual
Hoy dejan un sabor dulce en mis labios.
  
Mi cuerpo es tu reino, soy tu reina
 Mi corazón es tu cielo, soy tu ángel
Y mi alma la estrella primorosa que te alumbra
Hasta en tu tristeza más profunda.

Tu pasional energía que tiende a crecer como la levadura con sus uñas
Exquisitamente graba dentro de mi alma dos palabras,
“Te amo”
El canto puritano galopa en la sombra fantasiosa y como
Un amante dogmatizado de pasión se interpone entre los
Dos.

Ivette Mendoza
2015