Related image

miércoles, 27 de abril de 2016

Ebriedad de deseos



Ebriedad de deseos, seriedad purgativa  
Sobre un reflejo migraña que engorda,
Enflaquece buscando pretextos.
Supone que va del ombligo a la cabeza.
De la cabeza a los pies mascando sus mundos,
Mundos gratos, ingratos que embrutecen,
Me azotan, a ti, a ellos, a todos, a nadie  
Al ideal que no se pudo plantar, plantígrado.
Yo jamás pedí que se plantara,
Mecanicé clemencia
Soy la misma clemencia
Soy el arrebato de la clemencia
Dentro de tanta carencia
Soy la crítica entre el papel y el ensayo
Para servirle al poema
Y para no servirle.
 Ivette Mendoza

No más caricias




¡No más caricias, ponzoña!
Conozco el juego de tus mentiras
Te veo entre matices fallidos,
Follaje obtuso de armadura.

Te sigo viendo de nuevo, aquí,
Aquí donde menos deseo verte.
Verte y fluir aburrido, fluir sin ser
Transformado. Más avispado que las
Avispas.
Soga desmedida al grito, grito.
Soga agreste, comedia encima
De todo, encima de nada.
Pobreza solana agarra lágrima
Cercana, ahora mismo, a cualquier
Hora, casi, casi nunca, siempre.
Grito, grito para no verte, grito
Y tú no escuchas mi grito.
¿Qué no lleva su delicada voz?
Ando observando el cuenco
Desolado y nada he encontrado.
Hace calor, nicotina quemada.
Pájaro negro, infiel a la tierra,
Infiel y oscuro y obtuso, infiel.
Corazón fruncido que ya no recorre
En mis venas, ni en las heridas.
Hace calor y ocultas tu mirada,
Perdió el sentimiento, tomas el mío,
Te apetece, lo arrebatas, te sirve
De corbata, lo desbaratas y te agrada.
 Ivette Mendoza