Related image

sábado, 30 de julio de 2016

El corazón y solo el corazón



El corazón
el lugar donde debemos amar.
la semilla inicial,
un lugar
indescifrable,
secreto.
La era moderna:
la era del poeta
libre de reglas
de métricas
de caras melancólicas,
sin la boina de Neruda,
sin mordaza,
la unión de cuerpo y alma,
de muchas ideas,
del arte de amar y ser amado
simple, enmarañado
coherente, incoherente
el cálido recoveco donde se
guarda el sentimiento del mundo.
Ivette Mendoza


viernes, 29 de julio de 2016

El pensamiento taladra cada segundo


¿Nos acecha una sola idea fija?

El pensamiento punza cada segundo,

en convexas zalemas mediterráneas.

Sobriedad de soledad, es la lluvia

contra la cara de la lluvia pálida y sola.

Y entonces es entonces, nada todo

es nada y compartimos el jamás.

Vengo sembrando mariposas en los

jardines de colágenos para nunca

envejecer.

El menopaúsico medicamento que

tomó Buda es el mismo que le da

Dios a los hombres para volver a su

punto de partida como buenos sabios.

¡Ay de mí! mi nombre no es lo que soy,

porque en mis sueños derroto penumbras

que levantan memorias coloreando la

triste faz de la tierra.

Es que soy alma que deambulo en toda

forma cuando miro un rostro cansado,

lo convierto en esperanzas.

Nos acecha la idead fija, nos acecha su

muerta amarga. Mundo remojado de

roña. ¡Oh vida! para qué más yo te

quisiera.

Vagar sin rumbo es lo que todos los

días pienso. Vivir en un mundo dislocado

de caderas con una luna que a toneladas

fueran cerezas para ir comiendo. O

ir tras una fortuna alegre y demencial

acompañada por unos cuantos jilgueros

para que vayan cantando a la hora que

ruge el tigre.

Ivette Mendoza 

 




Palabras con cara de muerto





Palabras con cara de muerto, páramo sin borde,

el amor aquí no tiene cabida, no es amor ideal,

entre dos mares se ahoga, sin descender.

Ha visto el cañaveral infinito en la cordillera del sueño

y tú lo sabrás más adelante.

El puente que se abre de par en par; de la historia

se alimenta, aunque lo único que yo sé es que a todos

nos da escalofrió cuando abajo pasa un rio sonámbulo.

Guirnalda de espera, sin raíz y sin hojas derrotando

la imposibilidad de un cuello de vidrio que quería tener

solo lagrimas benevolentes.

Dos veces heredo, dos veces memoria, dos veces he

vivido la vida como un pan en castigo, eran yo joven

y mucho más pude haber ofrecido.

Palabras con cara de muerto, yerta mortaja que alza

la voz muy fuerte, mano rodeada de puros aranceles,

en vez de cultivar versos como las flores, claudicas.

Me inclino a majestad y alteza, me doblego ante la

torre que solo tiene una idea fija y se declara profeta.

Ante todo melancolía existe; me receta un grillete para

que no pueda soltar los pies.

Un amor a domicilio me hace falta, pero no visita de médicos,

un amor oriental que desemboca en una cascada del

Mar de la China con una terrible sed de permanencia.


 Ivette Mendoza