Aquí yo ondeando en el linaje de la madrugada curvilínea
Aquí yo ondeando en el linaje
de la madrugada curvilínea,
engullo la tibieza de la
hierba acariciada y desertada, en cada sopor
de áncora humillada donde la palidez
del fuego aprende a leer rarezas.
Aquí me siento dueña para
hablar a solas con el licor pícaro de
silencios sin caderas, que
quede grabado en mí un Vesubio
que calcine mis preceptos membranosos y
que cada día vayan muriendo
poco a poco. ¿A qué hora se
desuella nuestro amor oscuro?
Refrescante tarea carga
liposucción de noche golosa que al
estar quieta exhuma los
espacios marchitos de tu incauta mirada.
¡Pompeya vivió la
inmisericordia mefítica de un averno viviente!
Prohibido respirar impiadoso ante la
perversidad de cenizas con gestos
congelados en la eternidad de
las visiones hasta el terciopelo
áspero del suspiro frenético.
Fragmentos de mares en la Odisea
despampanante de razón dócil inclinadamente ornamenta
la imagen perdida dentro del
caldo ígneo amargo de la vida.
¡Hoy me haces recordar!
Emergí desde los escombros de un
Big Bang buscando la mano del milagro
pero era la patria de los
fantasmas que se esparcían a
mi alrededor con los ojos
abiertos y cantaban “It is time to say goodbye”
Ivette Mendoza Fajardo