Mis ojos reposan en las plaquetas de la noche
Mis ojos reposan
en las plaquetas de la noche
disfrazados de nubes anémicas
y siendo máquinas rencorosas
estallarán soledad como
nervios apiñados musicalmente.
Su deliciosa verdad alertará
una laguna que florece de humildad
donde se acurrucan las
piedras en su aerofagia recurrente,
juguetonas, vírgenes,
igual que en la mueca rural
donde nos hace
recorrer por siempre
recorridos de esperma de
yemas vulnerables.
Sucede que ahora entraño
colorear el silencio
que te convirtió en usurpador
de luctuosas amígdalas,
amígdalas acicaladas de
sonidos domesticados, domesticados
de caricias pensativas, pensativas
de llanto ambulatorio.
Su hipertonía declamatoria
silenciará mis lémures;
empapará de voces mi retorno
con mi sombra a cuestas.
Y sobre el ojo de la
nostalgia descamisada de dulzura
ofrendará su equívoca
apariencia sobre lo ya muerto:
porque simplemente todo era,
un ávido recuerdo codiciante.
Ivette Mendoza Fajardo