Mareomotriz de la Millarada
El globo de la bruma desciende a la
nicotina del espectro que mulle lentamente
con un paladar no cálido.
Nuclearizando, como los vientres de las
mancuernillas,
caminan ambarinas en el rojo metacarpo
de sus motilidades.
Una motocicleta paporretea la rústica
sabiduría,
estropeada sin sufrimiento ni silueta
patológica.
Trompeta eterna de velocímetro con melena y
ataderos
que, anochecida en los portales del
manubrio,
se encuentra en la mareomotriz por la
millarada piedad
al umbral de un pistacho atado.
¿Qué desorden se pega por el resorte de
la genealogía nacional como del jabón
esotérico,
al gran peine despampanante de la historia?
Ivette Mendoza Fajardo