Hebra Líquida de Menta y Resina
La cámara,
rugosa, captura la hebra líquida y engalanada de la noche,
manos tan
gentiles que alcanzan el cielo romano del querubín.
Mi pecho
acuático, noble, abre su coloquio mensajero
como un
rechiflar pareado.
Allí, las
caricias verdosas de los lazos de Diana y los ribetes en espirales
ondulan
inmutablemente la conciencia sellada del trino;
allí, la
figura de un suspiro esquivo
erosiona el
oropel deslucido de la retina, y el corazón, orillado
por colores
serenos, atardece en su canosa nostalgia consumida.
¡Saluda,
solemnidad de vasta espesura! La cámara, rugosa,
de la hebra
líquida y engalanada de la noche es un sonido
tan
bronceado que no expira,
es un
helecho pensador y descolorado que triunfa como la alegría,
invadiendo
mi entorno con lumbres frías de una frescura divina,
en la colina
de este sueño de menta y resina.
Ivette
Mendoza Fajardo