Manga de Recreos y Túnica Agridulce
Yo te
ofrezco la semicircular borrasca de su antojo,
madreselva,
que habita
selectiva en la roturadora de una aurora,
para sacar
fuego ruboroso en mis precipitados
presentimientos,
que miran y escupen cielos pedregosos
aliados con
la soledad de rayuela patentizada de mortificación
serena que
calcula desde las ventanas de mis codos.
¡Oh,
diadema de leucocitos fusionándose,
como las
hilachas célebres del prismático destino!
Porcelana
del firmamento, especializada en los
alvéolos de
hormigas que buscan manga de recreos
samurái perdido,
dentro de manteles de la inconciencia,
mojada por
sentencias de henequén pedante
en un
rincón acéfalo donde habita el miedo.
Petardos
sangrantes que buscan vampirizar por
debajo de
los acueductos, sobre la fuerza quebrada
de un
relámpago, congelados en el hielo
como la
tentación de una muerte de túnica agridulce
y monocromada.
Páginas de
la sal, en ascensos que zarandean
un día de
trabajo, esculpiendo la arcilla intuitiva
de salarios
que recogen el coraje divergente de los siglos.
Hocicos de
la uña de un pulgar inmunizante de fragor
fotografían
un reino olvidado en el centro de la vida,
buscando
espectros entre los torbellinos pisiformes
de los días
incomprendidos de una infancia prosificada.
Ivette
Mendoza Fajardo