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sábado, 21 de abril de 2018

Árbol de lata

Árbol de lata
Chayo palo
del jardín socialista
arrancado de raíz

o por un rayo
en un viento de tormenta
que se llama liberación,
y se acrecienta.
Frívolas sus ramas
multiplicadas muchas,
y el mar que agita,
allí sus fatuas hojas,
se ahogan todititas.
Rayería y fuego,
con fuerza y estruendo,
a la búsqueda y extinción
del oro esperpento.
Un cenzontle
que despierta, canta
y persigue el alba pensamiento,
en sus alas liberadas,
sangre estallada,
salpica al dios tormento.
Ivette Mendoza


Sangre y libertad

Sangre y libertad,
silencio interrumpido a pedazos.
Sacuanjoche, libre en su ensueño,

sin amo, sin dueño.
Y el sentimiento tan grande,
de no caer vencido.
La tierna flor, en su valentía,
es sonora luz despierta.
Y la bala acribilla
la verdadera armonía
juvenil que ya nacía,
porque para brillar,
aromar y ser libre,
pacta con la muerte.
Ivette Mendoza

jueves, 19 de abril de 2018

Esa espada está hipnotizada

Esa espada está hipnotizada.
Y como nunca lo estuviera
soñando góticas batallas
en lo que se entiende caerá vencida.
Tenebrosamente afila,
aunque sin más razones,
lanzó un certero vistazo
como llamando a su muerte.
Miró en detalle, miró,
cuantos comprenden filo de bronce,
y fijamente miran al horizonte,
pomposamente torpe de justicia:
Esa espada que traspasaba más allá
y no quiere desandar súplicas
a entablar empate alguno
a lo que más bien piensa y
luego existe y yo cabalgando
con quien jamás luchó para nada
cuando era una verdadera espada,
si respiraba al paso de valentía,
porque su emoción era la armadura,
y yo era la embestida vertiginosa.
Ivette Mendoza 

De repente empezó

De repente empezó:
Unigénito cortesano,
pensativa bacteria,
avemaría, reverberación;
vilipendio, deslucido;
tornasol, venal,
trapacería, chafarrinada;
un patatús complicado;
tras de: deontología;
ladino, refractario;
malquerencia, abundante;
alternativo, prestigio;
melopeas de: Eneas;
virgen, germen, egregio;
orate, patochada;
diametral, piltrafa;
en medio de: infancias;
hielo seco, hechicero;
indeleble, crueldad;
entre: corneja, ábaco;
barbilampiño, garfio;
oportunista, vigorizado;
sine die, ubérrimo;
en torno de: abrótano,
alabastro, bombón;
alienígena, consocio;
armilla, andrómina;
mientras llegan: vesania
salga afuera para yo
quedar dentro.
Piérdase en la mente.
Me apoyo en el verde olivo.
Me sostengo en los brazos
de la liberación a no quedar
presa en las cárceles de
tus ojos.
Ivette Mendoza

miércoles, 18 de abril de 2018

Raymundo del mundo

Raymundo del mundo 
aventurero errante 
rey del mundo 
carro sin timón.
Junto al mundo y solitario.
Junto a luces y oscuro.
Junto a mujeres y sin corazón
Junto a la razón y dundo.
Ivette Mendoza

Amor romántico y de golondrinas

Amor romántico y de golondrinas
con las flores de topacios alejandrinas.
Voy diluida en una lágrima de Dios,
espero la inquietud en el adiós.
Latido de los siete mares
en las ramas de azahares.
Como el clavel
que se enrojece así mismo, para él,
un tanto así.
Un tanto así,
en el círculo añoso
la fronda de cristal gira amorosamente.
Así,
escuchando el cántico ilustre del pájaro filial,
viviendo en el misterio de su selva,
soñando dentro de sus hojas dormidas.
Ivette Mendoza



martes, 17 de abril de 2018

El otoño está en la obsesión de la ilusión

El  otoño está en la obsesión de la ilusión,
la primavera en cambio en su júbilo ansía
ser la fragante quimera de toda estación,
el otoño solo es un cuerpo que desvaría.

Corazón amado y trocado del nuevo día,
día de ansiar y sollozar en largo invierno,
en cuyo frio sostuvo a Dante en el averno
y el fuego se atizaba aún más cuando él reía.

El verano intuía un castigo que era extraño;
nacía de sus ojos el mal del pensamiento
pero decía que era la salvación de un hermano.

Otoño, primavera, invierno y verano,
que hay en las estaciones que es tormento,
¿Es acaso la fortuna que se escapa de mis manos?
Ivette Mendoza

Viste la blanca noche candor y opresión

Viste la blanca noche candor y opresión
viste elegante en su vestuario de salva,
vestuario que por dondequiera refleja el alba,
en la cual agujas e hilos costuran su emoción.

Grito ensordecedor de paciente tropiezo
me busca cuando toda ilusión se admira,
de paso sangra reclamando su embeleso,
y en mi pecho se abre con el nombre, Sira.

Credo de la piedra blanda acogiese con dolor,
su ahínco de clavarse en el recuerdo y el latido
junto la gaviota en su goce íntimo de amor.

En sus alas comenzaba el viento redimido
en un intento de salvar su mustio candor
¿Qué más deja cuando el tiempo se ha ido?
Ivette Mendoza


lunes, 16 de abril de 2018

Madroño corta un botón plateado

Madroño corta un botón plateado
el guarda ruedo de antigua plástica
y plancha el nudo en rosa ciaboga.
El tenso popote cauto asusta justo,
su mandril prospera adentro contento,
lo ama una muchacha sacuanjoche.
Sin saber su nombre gallo pinto pinto.
Era la mera era de los años setenta.
A ciencia cierta ya no puede aromarse.
Madroño cierto huerto paz y avestruz
tan de reojo mira solo la flor que aparece
que yo te pruebo de la Rolter al alma.
¿Quién lleva el robusto molde del muchacho?
Ivette Mendoza

Persigo el camino del manantial refulgente

Persigo el camino del manantial refulgente,
me lleva y me moldea hacia la delirante alegría
y me conduce a beber el elixir de tus labios,
por su vehemente savia, por la raíz del tiempo.
Pensamientos propicios del manantial eterno,
persigo el dictado del espíritu en su línea
transparente; la cicatriz imperfecta donde  
se devela en fuegos: los amarillos resplandores,
donde la razón es el agua de acelerada revelación.
El fin de la  soledad como el inicio de la vertiente encendida
en un corazón enamorado.
El agua del delirio, la sima del martirio,
el símbolo de la gaviota blanca, son mis ansias
el crepúsculo olvidado, la válvula de escape, quizá.
¿Dime que en el sendero del manantial refulgente
alguna vez te acordarás de mí?
Ivette Mendoza

domingo, 15 de abril de 2018

Mi sentir del viento

Mi sentir del viento.
Complacer de corazón.
Creado en el espacio
de mirar hacia tus ojos .
Sin límite de descubrirse
puede incluirlo todo
hasta dejarlo extasiado
en la sempiterna copa
de la perfecta guirnalda.
Distancia ecuánime y ciega,
ve la belleza de tu alma
que envuelve mi entorno,
por encontrarte contemplé
mi sentir del viento.
Ivette Mendoza

viernes, 13 de abril de 2018

El agua que murmura

El agua que murmura. El agua despierta.
El agua torrente y siempre inquieta.
El agua que fluye como agua pura,
encantadora o quizá, como mujer contenta. 
El agua sin nada más. El agua del aguaje
que es fuerza, para seguir luchando e inunda
el alma con gotas de amor, ¡Oh agua
cantarina!  Trasciendes estallando alegrías,
fluye tan solo fluye, sencillamente pura
y no se opone a la transparencia de la vida.
Ivette Mendoza




jueves, 12 de abril de 2018

Salgo del capullo y mis brazos son mis alas

Salgo del capullo y mis brazos son mis alas,
ante el viento alborotado que silba en una caracola
del tiempo.
Huyo de ese túnel alimentado por la ira como
una mariposa penitente detrás de la luz amarillenta,
salto cuántico de toda partícula en su brevedad
de participio.
El salitre de los mares se desmorona en el suave
oráculo de la razón desconocida más en la maduración
de cuerpos,  
mi voz solo es un sueño que divaga por los cielos
contemplando su breve aventura.
Andar por la misma vida, recorrer lo ya recorrido,
después que el amor ya no es la copa del placer,
sino las almas que dentro de ellas mismas,
y dentro de sus propias libaciones se han apiadado.
Ivette Mendoza

martes, 10 de abril de 2018

Bálsamo de juventud y lluvias primerizas

Bálsamo de juventud y lluvias primerizas.
Alquimista anunciador de otoños
de sutiles Inviernos.
Guedeja de oro dormida
en lágrima de toda luna llena;
hoja perfumada donde extasiada develé:
tu biografía de ternura y armonía terciopelo;
tu boca que pinta una sonrisa al óleo
como experto que plasma el sentimiento ante Dios.
Hoja que consagrada en lienzo
ve pasar la lejanía del paisaje y la abertura del tercer ojo.
Van Gogh del crepúsculo kundalínico                      
pudiera ser el secreto túnel de cinco almas en Cuaresma.
Diálogos de la aurora susurrándome al oído y al cielo.
Llovizna comulgante del verbo
penetrándose como juvenil cubierta en insomnio de hablantines.
Engranada a tus raíces pero sin saber nada de ti aunque
creo en el destino de tu obra maestra.
Ivette Mendoza

lunes, 9 de abril de 2018

Vengo desde la raíz de la historia

Vengo desde la raíz de la historia
para hacer crecer:
tu querer profundo,
la apertura de nuestras almas,
la historia del recuerdo
enraizadas entonces en
el gozo del agua y del fruto
desprendido.
Vamos llenando el vacío
con gotas del rocío
y cubrirnos con el azahar
milagroso de la vida.
De la mano con Adán y Eva
que nos hunden en el pecado
que dejaron en la tierra.
Sentimos de nuevo
el Edén en nuestro corazones
aunque aún el pecado
no ha sanado.
Seguiremos surgiendo
de la historia, esperando
que Dios nos haya perdonado.
Ivette Mendoza

Vivo errante

Vivo errante
En la fragancia de crisantemos
En la fertilidad de la hembra
En la energía de los átomos
En el centelleo de las estrellas.

Soy la aurora cuántica de los siglos,
chispa del Big Bang creciendo
de la nada para renacer en un instante,
para expandirme en el siempre.

Disipo el velo de la tristeza
en la alquimia de tu abismo
y luego surjo a tu deseo.

Así nuestras almas resplandecen
en el mundo fructífero de toda
alegría y perdidos en el universo
triunfante de emociones donde se
 juntan nuestros corazones.
Ivette Mendoza

sábado, 7 de abril de 2018

Lluvia sólo es

Lluvia sólo es la tierra; lluvia es el mar,
lluvia de aluvión, y lluvia del corazón.
Pero el suspiro que de ella sale y atrapa
no es de lluvia, es del tiempo.
Lluvia es la dorada nieve sosegada
y del cielo, gotas de cristales invernales.
Aunque no es lluvia, es tu alma que anda
lentamente en su silencio.
Lluvia es la nube sombría y melancólica,
misteriosa, errante, cautiva de los vientos.
Pero su sombra, camina por la vida
y la tierra no es lluvia, es una quimera.
Ivette Mendoza

viernes, 6 de abril de 2018

Una estrella es el cántaro quebrado

Una estrella es el cántaro quebrado
que se derramó en el arena de la balada
y enfermiza retenía toda la mirada,
su letárgico derramar de cántaro estrellado.

La noche es un laboratorio hipnotizado
con esencias de magias y substancias frías
y mi cuerpo un elemento desencarnado
en la clase de la niebla de inmortales días.

La luna danza ahora en las discotecas
y se lanza un jaibol haciendo muecas
sobre la barra negra de las trompetas.

Embebida en este ameno sueño jalapeño
es la marca plateada de sus resacas
de la cual nunca en vida tuvo dueño.
Ivette Mendoza


Amor que se busca

Amor que se busca en la apariencia
y la dicha en la vanidad.
Amor que no deja respirar por que
entra como humo a los pulmones del
corazón.
Amor en la inmortal verdad que a
veces ya no es verdad.
Amor en la oscura hondonada
donde talaron sus árboles frondosos.
Amor de etiquete con su traje de gala
apachurrado y desvelado.
Amor, la última canción que dejó
un disco rayado.
Amor que deja un incierta emanación
del sentimiento.
El amor que queda entre tú y yo.
Ivette Mendoza

Empieza la pequeña luz

Empieza la pequeña luz
en silbido cruel astro de ciego,
una jícara dormida y besando
mujeres, pensando en su resurrección.
Insurrecto el pecado para mover todas
las cosas detrás de un suspiro.
La bulla del mundo, es la puerta por
donde sale el hedor de la carne y el
de las almas.
Un gotero por donde se cuenta la
angustia. Y mi angustia es una mano
que me aprieta del cuello.
Dentro de mi ser llevo una corona
de lágrimas que por un lado
sangra, y por el otro te ahoga en el
agua del llanto.
Y todo regresa
Y todo se va
No habla, no puede hablar
no me interesa la aristocracia de la mesa,
ni el escalofrío de lo cuchillos,
ni la habladuría de las escudillas
ni el error del tenedor
ni el descaro de la cuchara.
Por que te he amado con cromosomas,
con la pasión de mi ADN,
te he llorado con mis amígdalas, con
ese dolor del alma sin aspirina.
Ivette Mendoza

jueves, 5 de abril de 2018

Empieza de pronto la justicia

Empieza de pronto la justicia
de entrar en un tintineo deleitante,
espectro que guía hacia delante
un alma a la incorpórea caricia.
La esquina x del perdón vacilante
siempre sabe que algo vive anulado
porque en ángulo oscuro ha estado
como entre aquí y allá, son brillante.
Otórgame tan solo equilibrio y verso
y apegada a tu imagen que he formado,
escucho una campana cuando te beso.
Y en el altar donde yo te he divinizado
lograré tenerte como eslabón perdido
en un mar de reflejos descarnados y tiesos.
Ivette Mendoza

miércoles, 4 de abril de 2018

Con una gota de sentido

Con una gota de sentido
en una luna moribunda
por cada pájaro sol
dos morenas rollizas
vienen de la tierra enfermiza.
Fluye la inspiración inmortal
con un tercio de candor maternal
y otro tanto de amargura.
Un gemido de inocencia
aliñada con picardía gesticular.
Medio recuerdo crepuscular
en una realidad desenvainada.
Un mediodía de lluvia y amor
instantánea quietud inmóvil
en una serenata de emociones.
Una tempestad de fantasías
que al agua llega sin cesar. 
Dos ojos tan solo dos ojos
tiene tu corazón
para vislumbrar la alegría
durante toda la vida.
Ivette Mendoza



Los ensueños que fueron bien guardados

Los ensueños que fueron bien guardados
entre lágrimas y caricias, el corazón amado,
el tercer ojo que se abre en la puerta de mi vida
que vine como una estrella aureolada
porque era la madriguera el amor deseado
porque era luz en la tiniebla acongojada
porque era el tiempo acompasado,
porque era amasijo de todo y nada,
porque era el ayer y el mañana,
porque en el instante fuimos siempre tú,
siempre yo.
Ivette Mendoza

lunes, 2 de abril de 2018

Entender, poder, permitir

Entender, poder, permitir.
Una rara evidencia
de mi ser interno en armonía
protege mi caída,
concediendo alas de conciencia.
Un lucero de esplendor azul
cubre mi sima ermitaña y me columpia

en sus entrañas
entre ensueños encendidos
hacia una suave melodía.
Frente a la luna y frente al mar
una extraña evidencia
de alcanzar, existir, sonreír, andar,
ve renacer mi retorno a la ilusión,
en raudo trance de eternal cadencia.
Ivette Mendoza

sábado, 31 de marzo de 2018

Mares de mieles

Mares de mieles. 
Cantares de pájaros y claveles.
Amaneceres de soles nacientes 
por el horizonte solitario,
luz de abecedario binario
surge del manantial azul 
hasta el reconocimiento de tu esencia.

Fuente de brisa interminable
leve huella aluvial
tul ondulante e incansable.

Lluvia fresca de deleitable sentir 
suave atavío zurcido en rosas primorosas
caudalosos ríos bravíos.
Mi cabellera de mujer 
con fragancia de sus ansias 
me lleva a percibir
el fragor de tu amor.

Ivette Mendoza

jueves, 29 de marzo de 2018

He tecleado

He tecleado la pausa añadidura,
latido de la luz hecha ombligo,
meteoro fugaz de la hermosura
donde la preñez del amor obedece
a la ternura.
Trasnochada, levanto atavíos
en pausa del musgo a lo vacío
pausadamente transformada.
Amor de hojaldra o sierpe del descontento,
predomina con el velo roto del silencio
y estando bien tecleado queda apretujado
en el vientre de la tecla del tormento.
Majestuosidad del astro y su hermosura
gárgolas con armaduras
he tecleado la pausa para ver mi desventura.
Ivette Mendoza