Sueño salvaje que dispusimos soñar,
negación devota de pupilas y satén
de su rubor mágico,
combate repentino ante la
muerte de tranvías
y dormir en cada máquina de su mueca fresca
que adorna el traje papal del búho y la tristeza.
y dormir en cada máquina de su mueca fresca
que adorna el traje papal del búho y la tristeza.
Fenece la tiranía del Tristán
y del enclave cíclope del alado buitre,
música de la lluvia torturada
sobre lágrimas de luz,
fue ese día que lo hizo temeroso en las garras del Titán
fue ese día que lo hizo temeroso en las garras del Titán
con su coraza nuclear.
Y llegamos a la abyecta
angustia del carbón
sobre su sexo esencial hasta
deslizar la nube en el espacio del salitre
sin querellas, sin brazos
dolientes,
sin acuarelas, sin glándulas,
ni cerebros.
Y llegamos a vivir con la evidencia sin fortaleza
Y llegamos a dormir bajo el lascivo hálito de lo oscuro.
Ivette Mendoza