Llamaradas, esencias y melodías
mantienes
en pretérito embeleso y en influjo disparejo,
y enciendes y perfumas, en suaves movimientos,
en pretérito embeleso y en influjo disparejo,
y enciendes y perfumas, en suaves movimientos,
como pareciera extraño, la victoria
en el claustro
de luz y del calculado silencio se estresan y mienten
en las hora dilectas o en su caudal
de plumas.
El guerrero me llama en la noche
transitoria,
oscuridad del juramento perdido,
alma de la
cabalística estrella. Amor de gloria
y de blanco
ropaje que amasó tantas veces el
espíritu
del ciprés y se redujo en el vórtice
cero del alba.
Sábana nupcial del satírico bordado
se une
al fatuo beso ardiente y a la mano
de hierro
donde florece la muerte y cruzamos
torcidos
por los confines del universo.
Ivette Mendoza