Busco en la pesadilla del león
Busco en la
pesadilla del león reconocerme:
Mi mano
derecha es un hombre desnudo en primavera
con sus
zapatos de miedo que saben a sangre de mar.
El televisor
absoluto decapita sus ramas de estrellas
alguien lo
quiere, lo quiero yo en el periodo menstrual
de su
camisola de numen.
Oye la fortuna
y la trampa del fantasma agrietado
y sus poros
eran un panal de abejas leucocitos.
Rasco la
espalda del oso polar y escucho sus rencores
invernales y
son esas mis uñas trompetas.
Todo mundo
era un niño de adioses que
hacía reír al
muslo de la vaca marciana.
Verte
emerger desde el ombligo de las vírgenes y
pecando vas en
el ojo de la luz risueña.
La tierra es
un animal en celo y busca un escape
en su piel
de ternera.
¿En qué dirección
del universo fluye tu amor?
Indestructiblemente
temblando por la angustia
de una cuerda
maleable.
Saltando hacia
los nidos del pensamiento en
sus costuras
de sombras.
Desterrada
de la ausencia de tu imagen, temo
a las
palabras habituadas y tatuajes de aceros.
Ofrecida a
la lluvia su frescos labios puros
nadie nos protegerá
de nuestra vanidad.
Ivette Mendoza Fajardo