El viento adelgazado mastica su ración de miedo pulmonar.
Sinfonía que descascara el enigma octaédrico
de la convulsión victoriosa,
y hace sacudir el azufre de esos diablillos híspidos reyes
de triquiñuelas barométricas.
El tiempo vitriólico empavesado
corre como opresiones cómicas.
Después
paulatinamente rebasa la tranquilidad rabiosa
y el cielo pantomímico del panorama nogal,
se enjuaga para ver pasar
la line púrpura del deseo equinoccial y taciturno
y es el rito sonámbulo desfogado de
crepúsculos malabáricos sobre los mares pulverizados
de sílabas sediciosas.
Ivette Mendoza Fajardo
Sinfonía que descascara el enigma octaédrico
de la convulsión victoriosa,
y hace sacudir el azufre de esos diablillos híspidos reyes
de triquiñuelas barométricas.
corre como opresiones cómicas.
Después
paulatinamente rebasa la tranquilidad rabiosa
y el cielo pantomímico del panorama nogal,
se enjuaga para ver pasar
la line púrpura del deseo equinoccial y taciturno
y es el rito sonámbulo desfogado de
crepúsculos malabáricos sobre los mares pulverizados
de sílabas sediciosas.
Ivette Mendoza Fajardo