La mácula carnosa
La mácula carnosa del gozo
se agranda sobre el cielo!
¡Azul, azul, azul!
ruge el mar,
bebe su dulce y amarga cicuta traviesa
y es el olivo emoliente que se doblega
fatigosamente
contra el filo oeste de luz escarlata.
No hay inercia transparente,
sólo una orilla divinativa
que afirma de ocaso en ocaso
y de mutación en mutación
desluciendo amaneceres infatigables
del mundo azorado;
¡tú, en el noble recuerdo
de tus labios asfixiados de fuego,
bajo el purpúreo néctar de tu norte!
Ivette Mendoza Fajardo