Añoso prurito añosa avidez
Añoso prurito añosa
avidez
de depilado blasón que
audaz crispa
o, más justo,
que cata inmóvil el
entonces
para exudar los
bisbiseos
encubiertos tras la
celosilla hormonal
y aunque débil,
pareado el paradigma
pardo
celuloide delgada de
penumbra que reniega
en su latitud blanca.
Aletargamiento de
sentirse acortada
confianza de
esdrujulizarse poca:
castellanizando el
horizonte hormigonado
es el escote chirriador del
desvarío
en la acéfala
garganta.
Paralelo espumante,
como pubertad psíquica
signo adyacente para
el escrupuloso,
para nuestro amor que
genera
mangado cendal sobre
los hombros:
vomitadas figuras de talquezal
mestizando el
movimiento dipsómano,
la ingenua gota
hirsuta.
Inteligente camino de
nubosidad
el vapor larvario en demasía,
como plétora
desguarnecida
que se abre ante la
conspiración de almas.
Ivette Mendoza Fajardo