Ensangrentada escalinata del suelo feroz,
observo su lágrima embravecida que no
regresará,
mientras empapa las colchas que duelen en
el bastón
angustiado de las esquinas.
Un jirón de razón irrumpe
entre andrajos de olvido,
como plumas desgastadas de materia
flotando desde mi memoria hacia la noche.
Noche en que enumero deseos:
mi lengua de laurel lame el fuego de la
esperanza,
persigo el paso tembloroso de la quimera,
una nostalgia que nace de la austeridad de
su
abandono y su llanto.
Así, se cierra la palabra en sus devaneos
bajo la inmensidad
de este mundo anidado en aguacero.
Ivette Mendoza Fajardo
observo su lágrima embravecida que no regresará,
mientras empapa las colchas que duelen en el bastón
angustiado de las esquinas.
entre andrajos de olvido,
como plumas desgastadas de materia
flotando desde mi memoria hacia la noche.
mi lengua de laurel lame el fuego de la esperanza,
persigo el paso tembloroso de la quimera,
una nostalgia que nace de la austeridad de su
abandono y su llanto.
bajo la inmensidad
de este mundo anidado en aguacero.
Ivette Mendoza Fajardo