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jueves, 27 de junio de 2019

No a la cuerda


No a la cuerda, donde apenas
salta el saltamontes en su ambición muda de
sus años verdes juveniles,            
pero al otro lado de la orilla
salta un delfín primero en el mar disléxico
de su menopaúsico imperio
y llega el encanto victorioso destronado, insípido de pecado,
de la piedra contra el musgo,
el musgo con su ejército profético de inocencias
la alta marea callada de despóticos elixires
la trinchera donde se combate el principio y el fin
su clamoreo sostenido en mil batallas salitres
se funden en catalépticos cuchillos de corales
de una rana que pasa, a la charca fragorosa,
por la vía ciega de las lenguas ciegas, del canto ciego,
no saltes ciego, abre la reguera y te sumerges
dentro de esta marejada,
rompe de una manotada la quiromancia de sus
penumbras, rompe sus penumbras a como se
rompe una puerta sin suspiro, a cómo has roto
mi paraíso de cosas simples, a cómo has roto
mi corazón en el último minuto de su muerte.
Ivette Mendoza


Ataviada guirnalda pertinente en su estado puro


Ataviada guirnalda pertinente en su estado puro
boca de soles salpicados en naranja
conmovida y universalizada llamasen ataviada
a un reciente calor que desvariaba aceitunado
hasta decir así en su trayecto de aventura
Ataviada está la luna en su arquitectura de semilla
Ataviada la sombra libertaria en su tornasol
Ataviada la maleza de los campos y los ríos
Ataviada la luz que nace de un amor hechizo
milagro de la caricia que cruza los caminos oscuros
de papel mojado con saliva,
milagro del que asume su destino
con su olor a toreada de trompetas,
milagro a la indefensa mano que combate al viento alucinado
milagro de la filosofía de la realidad viciada
y milagro, santiamén y fin
veinte y cinco grados a nivel Celsius
exasperado calor de gladiolos mustios
acontecido café, sorbos de vida o muerte
va sonoro el verso lila con sus voces ataviadas.
Ivette Mendoza

miércoles, 26 de junio de 2019

Arte de regurgitar


Arte de regurgitar, fresa sazonada del seno,
en el marmóreo deslumbrado de la cena:
carrozas van derrotadas y demacradas en el heno,
pero por dentro sujetan alfileres, dioses con mujeres.
Apolo en su estatura sacando más de mí en su furia
como Césares antiguos que hartaron bacanales como
en la estrella de un ojo de tremores y temblores.
Pero esto de ayer es cosa de almas desgastadas,
que enmascararon bien la envidia templada al olor  
del sacrificio antes de adormecerse entre uvas y cerezas,
por si había que llorar en la fiesta sin decoro.
Y ahí están sobre esta mesa mía que atrae las
delicias de un cuerpo y tantos dioses aceptando
esta oferta, siendo yo la primera que implora.
Ivette Mendoza


martes, 25 de junio de 2019

Anfiteatro estridente


Anfiteatro estridente,
pedazo de floresta constituido
por el que iba hacia el umbral
de aquel baúl lleno de ilusiones,
alondras cantoras
que viajan sonoras.
Dentro de ti estaba el galardón
recubierto por oro en polvo
y todo lo marchito existía
en mis ensueños.
Casas sin techos,
aldaba maravillosa
porque introducía mi recuerdo;
viviéndote, sentía
de alguna forma te recordaba.
Y siempre acercaba el oído
entre la penumbra, escucho
cómo gemir suavemente,
corroído por el metal,
del pesado cerrojo de una verja
de esta entrada quizás.
Ivette Mendoza
2018

Entre las cuatro paredes del ocaso


Entre las cuatro paredes del ocaso
cuelga mi sombra oxidada.
Cinco dedos en la mano
dulce del destino trotando por el viento místico.
De vez en cuando
un fantasma visita los laberintos de mi alma,
debido a él resurge un paraíso de ojos invisibles.
Un cántaro de espíritus dejaba un olor a flores
durante su evolución de quejas.
Yo miraba en otros lo que no podía ver en ti,
su mal hábito era irse a clarear en gris a otros cielos,
la muerte tiene algo de mentira,
por eso se disipa como humo.
Me voy en pena o me voy resucitada,     
busco un asilo en el aire transparente
y floto en nubes de algodón.
Invoco al amor y
Dios extiende
sus manos juntando nuestros labios
en la hoguera viva del sueño astral.
Ivette Mendoza

lunes, 24 de junio de 2019

Mi tierra


Mi tierra es la fuerza y valentía
de radiantes lagos y volcanes,
ensueños bicolores, gloria azul y blanco
que en tu corazón palpita cada verso
inspirado de Rubén Darío
ensalzando el coraje de tu diáfano cielo
y encendiendo tus albores.
Aroma de sacuanjoche, dulce encanto
de almíbar relatando historias
del cacique Nicarao en el victorioso
y sublime vuelo de su flecha.
Soberano sol que ilumina tu valor
y perpetúa la memoria de tus próceres
para posar eternamente en la inmensidad
de tu triangular escultura.
Y desde tu sonora garganta
sale el grito libertario
de José Dolores Estrada,
Diriangén y Rafaela Herrera,
grito ardoroso de amor y dignidad
de frondosas esperanzas,
de líricos cantos y calurosa hermandad.
Ivette Mendoza
2014


Un sol derretido, compra un vestido

Un sol derretido, compra un vestido
para lucirlo de gala. Los pájaros
anuncian en los centros de compras
su melodiosa mercancía de tala.
El invierno ya ha vendido
todos sus ajuares blancos, sus aretes de diciembre,
y se preocupa venderlos de día.
Vientos propagandísticos del piso primero su
renovación de enero.
Escaparates de zafiros azules
como ramas floridas y coloridas.
Frascos de estrellas apagadas.
Alfombras persas para volar en los pasillos
amarillos.
Canasta de cineastas y bombones
en el dulce cristal de cerezos.
Zapatones muy holgados, calzones
de la garza de la fuente triste.
Ordenador del rocío en las rosas,
balsámico catálogo y lluvia del tiste.
Ayudar al sushi de la tarde: brisa Gucci,
palillos de oro, dinamita volcánica y de peluche,
cruz mesiánica del rosario, gafas oscuras.
Febrero ha instalado luces en la foresta
y el pino inservible se pone sus anteojos verdes,
las gafas maduras.
Descuentos y deudas, deudores,
compra y venta de mi melancolía
envasada en el alma como frutas conservadas.
 Ivette Mendoza
2018




Cerezos azules, cerezos del beso


Cerezos azules, cerezos del beso
reflejo de espejo se evaporiza
por el horizonte de arcilla, con
un anhelo a su orilla.
Me dio plata con un amuleto
de lata, y era la pata de una rata.
A tu diestra generosa crece una
rosa preciosa en su hora melodiosa.
Hay idolatría divina en un alma asesina.
Un jolgorio jocoso en un sueño
perezoso de un sol hermoso.
La roja armadura del ojo se
quiebra y tristísima se rinde
a su despojo. Allá lejos hay
un mundo olvidado, es un
mundo gastado que dejó un
amor destrozado.
Estalla la batalla en su agonía
de llanto, en el infierno de Dante
y su corazón gemía, solo la
tiranía lo perseguía.
Nace con furia un átomo
se hace lujuria, nace violento,
se calma y se hace contento,
nace con luz y enciende el amor.
Ivette Mendoza
2018

Nacida antes del latido suspendido

Nacida antes del latido suspendido          
corazón de blanca y negra fronda,
esta voluntad de círculo de sombra
va contra tu fervor compartido.
Tributo de la criatura anfibia      
que su comienzo espera inolvidable
el no deseo de dama prisionera
que con un recodo aumentaba          
el destello del crepúsculo mayúsculo
y el beso cerezo de la primavera.
Ivette Mendoza


domingo, 23 de junio de 2019

Dormir bajo tu luz y vivir


Dormir bajo tu luz y vivir,
latir dentro del corazón y sonreír.
Dejar caer el sueño en la grieta
y ver mi soledad reflejada en el ayer.
Acariciar tu rostro y sentir su frescura
solo sé que así el amor perdura
cuando lo llegas a rememorar,
aunque no lo puedas ver.
Dar la mano y acompañar
por los senderos de la pasión
en el largo trecho del soñar.
Amar, amor, amanecer,
cómo derribar el espacio y el tiempo
para poder llegar a ti
en el tangible devenir.
Amor y ensoñación, dolor
que en el cielo se escribió sopor.
Resistir ante la tentación
de toda palabra amargamente
endulzada y esperar.
Ivette Mendoza
2018


Soy una gota de agua


Soy una gota de agua,
lluvia que lleva, el aliento de la vida,
brisa que, empapada, murmura
entre los ríos de la memoria
y los suspiros de la ternura.         
Soy el oleaje de mares lejanos,
santuario y sudor de la garganta del idilio,
y la comprensión más allá de tus caricias,
y nuestra emanación de cuerpos se esparce
con una sonrisa en el centro de la tierra.
Ivette
2018

El agua que murmura.


El agua que murmura. El agua despierta.
El agua torrente y siempre inquieta.
El agua que fluye como agua pura,
encantadora o quizá, como mujer contenta.
El agua sin nada más. El agua del aguaje
que es fuerza, para seguir luchando e inunda
el alma con gotas de amor, ¡Oh agua     
cantarina! Trasciendes estallando alegrías,
fluye tan solo fluye, sencillamente pura 
y no se opone a la transparencia de la vida.
Ivette Mendoza
2018



Bálsamo de juventud

Bálsamo de juventud y lluvias primerizas.
Alquimista anunciador de otoños
de sutiles Inviernos.
Guedeja de oro dormida
en lágrima de toda luna llena;
hoja perfumada donde extasiada develé:
tu biografía de ternura y armonía terciopelo;
tu boca que pinta una sonrisa al óleo
como experto que plasma el sentimiento ante Dios.
Hoja que consagrada en lienzo  
ve pasar la lejanía del paisaje y la abertura del tercer ojo.
Van Gogh del crepúsculo kundalínico
pudiera ser el secreto túnel de cinco almas en Cuaresma.
Diálogos de la aurora susurrándome al oído y al cielo.
Llovizna comulgante del verbo
penetrándose como juvenil cubierta en insomnio de hablantines.
Engranada a tus raíces pero sin saber nada de ti aunque
creo en el destino de tu obra maestra.
Ivette Mendoza
2018

sábado, 22 de junio de 2019

Tu piel sabe mucho de mí


Tu piel sabe mucho de mí
Nuestros cuerpos, nuestros labios
Se acercan, se besan, se sellan
A buscar su máximo gozo.
Te veo, te admiro, te amo, te sueño.
El fogoso universo de tu mundo
Que enciende mis ansias
Y no siento frío.
Ivette Mendoza
2014

viernes, 21 de junio de 2019

A prueba de vida


A prueba de vida
las ideas designan cosas de colores
que significan una intención distinta.
Las auroras hoy dispersas se reúnen
de placer y es lento y suave que al mirar
derraman mariposas.
Todo nos separaba y nos unía hundidos
en el agua de los secretos, las manos largamente
eran una sombra que fraccionaba el subconsciente
de la magia.                                             
Baila el perro en una pata, aliento triste, ladrido oscuro,
me ladra en mi espacio melancólico, déjalo ladrar
sólo me sirve para un amor insano.
En el poder de la liberación,  soy la primera en tu camino,
la que quema tu discurso con su relato, la que promete
más de lo que ya no puede dar.
Ivette Mendoza


Me rastrean las palabras erráticas.


Me rastrean las palabras erráticas.
La voz me recuerda apática.
Se fastidia en las afueras.            
Dialogo al cuerpo yerto.
Escucho su vil secreto.  
Me llueve de nombre.    
Muda el alma hombre.  
La idea de la que tú eras.
Ivette Mendoza

El beso se siente, sabe y se interpreta


El beso se siente, sabe y se interpreta
Como la diosa venus que atesora escueta
Nuestro perenne gozo en su anchura
Y la esperanza ágil y la ilusión pura.
                                                         
Y bruscamente en amor de gloria y llanto
Canturrean los pájaros ternura en flor
Y entre brazos abiertos, la vida es canto,
Memoria infinita de un solo color.

Batirá la sed en nuestros corazones
Su divina esencia, la atractiva hoguera,
Sus mitológicos encantos, sus emociones,
En un exótico día o en un día cualquiera.
Ivette Mendoza
2014


Tu corazón estrepitoso


Tu corazón estrepitoso
Calma mis dudas,
Que selvático en mi cuerpo
Lo estremece y lo desnuda.
Juegas al amor salvaje,
Juegas al amor profundo
Y en el indomable tiempo
Has tocado mi amargo mundo.
Tocará su primera vuelta
Tocará muchas más               
Porque al rebrote de su luz
No apagará jamás.
Tu corazón estrepitoso
Calma mis dudas,
Amor y amor, oleaje de una
Noche que canta y suda.
Ivette Mendoza
2014

Érase una vez el alma


Érase una vez el alma
Que prendía de fuego
Hasta quemar el corazón frío
Y rompía el lazo de su sombra
Y le daba cada día más brillo.
Y voló el corazón al viento,
Voló y voló estremecido
Y se convirtió alma en sentimiento,
Voló el corazón enaltecido.
Ahora los dos se anuncian a
La aurora, en un momento
Misterioso de terráquea ilusión,
Alma, vida y corazón.
Ivette Mendoza
2014

jueves, 20 de junio de 2019

Aroman los tulipanes


Aroman los tulipanes
Y enciéndanse en tus labios
Y en su ultravioleta pistilo
Quede la noche fecundada.
Solo yo conozco tu interior
Dentro de sus secretos pasillos
Crece un jardín amado
Y preña la noche,
Acrisolado deseo.
Amor que todo ve,
Flor que brota allí
Ella que brota
Y tus estás aquí.
Ivette Mendoza
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miércoles, 19 de junio de 2019

Avena para mi colmena


Por el mundo
por una esperanza
para contemplar
el calmo germinar
de la avena.
Avena para mi colmena
asciende, asciende
tocando el paraíso,
cargada de ilusiones
cargada de auroras.
Avena para mi colmena
tu y yo
no hay lugar para tristeza;
solo para el romance,
abarcamos las estrellas
juntando
corazón con corazón,
en perfecta sintonía.
Empezar y continuar
volver a cosechar.
Avena para mi colmena
asciende, asciende
de esta espiga frágil
te he amado
tantas veces.
Ivette Mendoza
2014

Tutankamon


Imberbe faraón de las pirámides
cactus, dátil y palmera
entre dunas por donde yo te he visto
qué alborada más secreta Tutankamon
qué más salobre lo que estuvo al fondo del mar
qué bella imagen ha quedado indefensa y momificada
para el cristal, para el túnel martillado
¡Oh Nilo celestial! de tú inundación mana la historia,
brota el fruto de la sangre, transpira por el alma
incesante viaja una estrella en la joroba del camello
ese oro ese incienso y es sarcófago eterno donde
no nos queda más que el sueño del sicomoro, un pétalo
de loto que adorna y maravilla la tierra, un papiro
que nos cuenta una historia bien sagrada y misteriosa
mientras sopla el viento siento contemplar grato monumento.
Ivette Mendoza
2014
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martes, 18 de junio de 2019

La madrugada deshacía


La madrugada deshacía
manos del llamado acaso,
tú eras la noche
en el centro de los cielos.
Y soy como soy,
intocado cenzontle
pausa flagelo                    
monólogo
rauda mitología espiritual.
Quinta sinfonía del relámpago,
desalentado.
Espejismo sobre espejismo.
Ivette Mendoza
2014