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martes, 21 de mayo de 2019

Elixir filosofal del pan y vino


Elixir filosofal del pan y vino.
Buqué de lunas que vienen
como delegadas de la sombra,
le otorga emoción y pensamiento,
confiere verdadera lealtad de sueño
y con un aliento apenas,
lluvia de claridad, sumatorias
de invisibles golondrinas,
extiende su universo del amor
y da frutos en la tierra.
Multiplicadora de panes y veranos,
tactos, vergeles y colmenas
producen otoños en las sienes
y recolectan pasiones y los días.
Substancia azul,
médula del tiempo,
nueces en el breve espacio.
¡Ay ánfora de la mañana!
Manojo de agua, fuego
en el silencio de las horas vacías
hacia sus olas cenicientas del milagro.
Ivette Mendoza

Caminante en niebla misteriosa

Caminante en niebla misteriosa,
taciturna guerrera solitaria del viento,
trepada en las alas gráciles
de un ave de invierno encendida,
cazadora de un serafín desnudo de estrellas,
el dron y el don,
como luchadores fraternales de viejos destinos.
Se exilian rancios los caballeros,
en monturas de hueso descollado,
tu ser recobra su doncella como una lucha,
en la vasta inmensidad de sus soles triangulares.
Ivette Mendoza
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lunes, 20 de mayo de 2019

Anochecer sin el perfume índigo


Anochecer
sin el perfume índigo de tu aliento
es descender
a la serenidad silvestre del deseo
en dóciles delirantes extravíos
y a merced
como marea de vergeles
nulas por el viento
rústicos bajeles
viran inciertos
con el manco escudo de los muertos
emancipador de jilguero en mis labios
hasta el desamorado panteón
ha de estar reflejado en el
cristal
tal que es:
Hollywood con gala de acero
y de neón.
Ivette Mendoza
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Palpo


Palpo
palpo palmípedo
pulpo agarra 
arte ovíparo 
teclas de venas 
somníferos 
manos que me hablan 
heridas 
malheridas
trópicos trancas palpo
amansa se cansa 
mesura cordura 
respiraciones 
palpo y más palpo 
y de todo. 
Prefiguras de Hita
mundo que habita 
cómo tú 
cómo qué 
cómo cuando 
cómo siempre 
cómo come 
cómo hueles 
mesón que temí 
casamiento sin intento 
qué páramos 
qué parió al fondo

corazones 
qué quema 
qué queda 
que la morada apenada 
quedaba manchada 
que palpé
por oír así 
en todo parsimonioso.
Ivette Mendoza

domingo, 19 de mayo de 2019

Canción antigua


Canción antigua.
Vereda de triángulos índigos.
La torre altiva
de Eiffel.
Cantan
pájaros imágenes.
En el árbol
un papagayo de colores
saluda la alborada.
La flor de barro fresco
que lleva la esencia
del mundo.
La tierra prometida,
una garza
que cautiva nuestros sentidos.
Ivette Mendoza


sábado, 18 de mayo de 2019

Inusitado mecanismo


Inusitado mecanismo de mares eternos
cauteloso laberinto creador de sueños
cincel de oculto arte
explorando caminos de penumbras
en playas desconocidas.
El paisaje es destello de estrellas
o quizás conocen un horizonte más.
Sus aguas me humedecen el rostro
en el infinito jamás.
En un insomnio de melancolía
mis dedos palpan la oculta barca
y el latido se calma al saber
que puedo capitanear
mi viaje con ahínco.
Ivette Mendoza

martes, 14 de mayo de 2019

Érase esta vez el caldo de la mentira


Érase esta vez el caldo de la mentira,
la piedra filosofal primorosa
la beldad que respira por un ojo
sepulcral y costoso.
                                         
La  corbata azul en su viaje terrenal,
el ave con su pico de oro implorando
llevar sus alas con un palpitar burlesco
hasta languidecer el día sin sexo.

Érase un adiós de alta tecnología
sin ciencia, un texto donde puso a pecar su
paciencia y no vio venir el mal que
debilitaba su inocencia.

Yo te enseñé adorar un pensamiento
que sentía mucha tristura al pasar
la razón por una abertura que en
mi corazón se quiso formar como
un don de nadie, designado para
solo pecar.

 Y hoy que estamos vivos el tiempo
pasa más rápido, ya que el tiempo
solo es de papel con números cansados,
con olor a pecado, con alegría ficticia
con el anhelo de recibir de mí, una
letal caricia.
Ivette Mendoza

lunes, 13 de mayo de 2019

Oculta bajo el agua


Oculta bajo el agua,
mi alma dibuja frondas de ilusión.
Aurora imponente y tranquila
cierra mi corazón con un nudo de aroma
hasta el ocaso inminente.
Bajo los claros reflejos
lo bien acostumbrado pasó por su horizonte,
como una tempestad sobre lo más  preciado.
En la oscuridad de tus ojos          
me embriago con fragancias
de algún paraíso que hay en el allá de mi  estancia.
La sangre de la noche de lunas cristalinas
es el suspiro de un vago arrullo
de tu idiosincrasia sin espinas.
Un rio cantor me devora, me devora con amor,
con  su cantar, cantar, me roba mi pudor.
Sobre algún fundamento en esta ciencia ideal
el sueño imaginario es mi versión real.
Ivette Mendoza

domingo, 12 de mayo de 2019

Adán sin abominación


Adán sin abominación,  
Adán de la manzana de la mentira
en un paraíso de frutos, la perdición.
Un grito desdeñado da la vida
y da a saber quién es esa mujer estremecida
que lucha con su  pecho de barro
mirar la aurora repetida
desde el frágil vientre dónde se engendró
el pecado en su desgarro.
Ivette Mendoza
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Vos, mar del contento


Vos, mar del contento
coral de la desdicha sobre el agua,
gusto de sal mi sentimiento.
              
Vos, cristal portentoso
que oscuro asomas a mis tinieblas
y reflejado sos la luz de mi infinito provechoso.

Vos, clavel hipnotizado
astro encendido
para mi corazón desesperanzado.
Ivette Mendoza
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jueves, 9 de mayo de 2019

Flores en la alborada


¡Flores en la alborada!
lluvia en tu mirada lucida
irradiar, ascender en álamos
translucidos quizás blancos.
Paraíso en la rivera del alba
el querer en tu mirada lucida
!Oh, imaginar, descender!
eternamente, más profundo,
más lento.
¡Paraíso en la rivera del alma!
Ivette Mendoza

martes, 7 de mayo de 2019

Colochón, colochoncito


Colochón, colochoncito
vuelve a tu soledad generosa, la
tierra que retuerces con bravura
y amargura
pero que nadie sepa conocer tu
exacto destino.
Va tu cuerpo fino lleno de gusanos
se nutren de tu suavidad carnal
por orden de la muerte.
Carne desgastada por tu mala
suerte.
No te distes cuenta al principio,
ahora buscas tus coordenadas hacia
el infinito y un segundo entre la nada.
Ah mundo de relámpagos y tornados,
yo llevaba las llaves del trueno
y tu llorabas más despacio con
tus ojos de topacio
y es que tu mirada y solo tu mirada
era la única enlutada.
Ivette Mendoza


sábado, 4 de mayo de 2019

Solfeo de la ilusión


Solfeo de la ilusión,
hoja de rumor eterno,
círculo con agua oportuna,
soledad a ras de alguna,
sol lejano del poniente,
clonación que no ciega,
copa de tormento puro,
cesto de sentimientos,
mercader de la certeza,
buque de azahares,
carromato de mi tacto
música contra la perpetuidad
sumatoria del desamparo;
esto te diré siempre
por si no me entiendes,
sonríe lento, para iluminar
tus tediosas lágrimas.
Ivette Mendoza


viernes, 3 de mayo de 2019

Ola golpeada en la arena


Ola golpeada en la arena
con burbujas de nardo,
hasta tu helada cumbre
me has erguido sin alas.
Sobre tu espalda moteada
barco sin timón en el viento
de un horizonte curvado
soy literata sin letras.
Marfiles, rojos, grises,
me golpean los sentimientos
cedros, lunas; mares, cedros.
El viento me hace tragar
sorbos de fresco tormento.
La brújula de la mañana
me guía despacio en el pecho.
El eco de un pájaro conquista,
espiral de cóncavo hierro:
uñas y dedos me abaten
sólo de tantear rozarlos.
Ivette Mendoza


jueves, 2 de mayo de 2019

La caricia


La caricia adormece
porque son sueños
que vagan sin destino
con un corazón rebosante.

La caricia es:
la musa del placer del
amor y la risa, con
dolor agudo de penumbras
se derrite con los dedos, para
ser sonrisa en flor de rumorosa
fogosidad.

Que bien se
acaricia hoy mi agobiado pensamiento,
el viento a besos y acariciar sabe
como una primavera perfumada
donde nacen frutos, su sombra es peligrosa,
pero labrada con recuerdos se reconquista.
Ivette Mendoza

Rojas rosas


Rojas rosas. Violeta casi en veta,
francas, fraternales.
Universo de luz poniente da señales
de una nube creciente.
Pero la razón, leal a la penumbra,
se fortalece en cuerpo.
Cambiante en la primavera del corredor,
un signo ondula alrededor. 
Desaliento sombreado entre modales,
de tan puros celos
que atraen y cortan con sus cuchillos
las inesperadas confusiones.
Desplegado está el deseo. Su certeza
se resuelve con calma.
Repetición justa: asombroso
estado de la ausencia.
Derredor inmediato, sin entorno,
del vestido decorado.
Yo no te consentí ni voto ni flor
o a la absoluta prudencia de mi herida
Ivette Mendoza

miércoles, 1 de mayo de 2019

El sacuanjoche delinea


El Sacuanjoche delinea
sus tímidos colores en el verano,
y no es más que ensueño del Sacuanjoche
dentro del azul y blanco, Sacuanjoche de verano,
brisa tropical, fuego en el fuego,
abriéndose, aromando.
El Sacuanjoche cruje en la llama,
y en la melancolía de la foresta
no hay viento demasiado leve.
Ivette Mendoza
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La mujer


Las sutiles manos del sueño
remontan azules a la mar,
la mujer y el amar

Brisa de humedad calurosa
a lo largo del horizonte arqueado,
la mujer y la rosa.

El beso en esta lluvia de mayo.
La más vistosa música, en el ensueño,
la mujer y el sutil papagayo.

La mirada más intensa,
las olas lentas y el sol y los cipreses,
la mujer y las suaves mieses.

Giran con esas olas y ese viento que susurra.
Las nubes son de esperanzas,
la mujer y las añoranzas.

Ni el bien ni el mal solo un azul de gloria,
pues son los ojos del amor o los ojos del dolor,
la mujer y su delicada misericordia.
Ivette Mendoza

martes, 30 de abril de 2019

Melodías de rimas de las mañanas

Melodías de rimas de las mañanas,
melodías, melodías rimadas sonoras,
melodía que a los corazones engaña
con palabras, bruscas alentadoras.

Melodías de rimas de las campanas
melodías rimadas de las colombinas
anónimas, inseguras, peregrinas,
sosegadas, alegres, americanas,

melodías, melodías rimadas sonoras
y melodías de barcas becquerianas
épica primaveral de antiguos poetas,

carnavales, cantares, caravanas
en la que ninfas con unas cornetas
hipnotizan y atraen diosas hermanas.
Ivette Mendoza 

Al anochecer y solo al anochecer


Al anochecer y solo al anochecer,
cuando la cicatriz de la noche es aún indecisa
regreso a encontrarte en el preciso círculo
en la que la tarde se desenreda.
Entiendo tu extraño claroscuro,
tu cuerpo sutil,
la mano o espada con la que he combatido,
el encanto silencioso 
del viento entre los árboles.
Te quedas o te vas al
extremo horizonte, la causa
de lo incierto, la desleal sombra.
Separa
la oscuridad de la luz donde
ya hemos visto el único libro de la vida.
Ivette Mendoza

lunes, 29 de abril de 2019

A este preciso momento


A este preciso momento
tu mirada que me observa
siente el latido de mi corazón,
la sagacidad de mi voz
que se acerca a tus palabras,
la escueta odisea de mi cuerpo,
la esencia vivida de mi alma.
La paradoja está hecha,
los dedos de Beethoven,
para un pentagrama
de brisa y de dolor,
un relámpago para mis entrañas.
Tú me regalarás un beso
lleno de tenues formas,
me darás la cena por las noches
arroparás, mi cuerpo fatigado
regarás las flores primorosas
y  me defenderás
contra la sordidez del amor.
Ivette Mendoza

domingo, 28 de abril de 2019

A veces pareciera asombroso


A veces pareciera asombroso
pero quizá tienta si expreso
la gran sabiduría del deseo:
las pausadas hazañas de la carne
en el brillante puente de la búsqueda
en todos los caminos precisos,
adecuados a llenar, con umbrales
encendidos, las añoranzas del ayer.
Índigo y sabio es el deseo,
arpa que desde lejos exige a la música
a entonar una orquesta de latidos:
la sola experiencia de vivir
en deseo firme de morir sin memorias
tristes.
Ivette Mendoza


sábado, 27 de abril de 2019

Lo capaz del centello breve


Lo capaz del centello breve desdibuja
el vano musitar y fulgor de sombra;
como sarcásticas se inician las interrogaciones
entre piedra y lágrima hacia la nada.
En su fusionar asciende, para el fuego,
el verbo mana virginal en lo real.
Oh forma que paraliza numeraciones
perenes, fluyen al silencioso apego.
Escupe Perseo la serpiente
y el veneno transmuta ruta de letales agresiones
en debilidad de fresa, toga existe
empalagosa y apacible,
que plata platinada anuncia anunciando
cobrizo humo encendiendo musa rusa, y
soflama de la fronda honda.
Ivette Mendoza

Es quimera la suave lluvia de claveles


Es quimera la suave lluvia de claveles
blancos, que todavía no cesan de aromar. 
Por el aire,
lo que sí es penumbra se propaga,
lo que sí es oro aparente alumbra.
Canta a sí mismo el ave. Queda
un perfil que nadie puede ver.
Es sombra lo que nace. Es un texto,
cristal, voz o nube.
Un cuerpo, un paisaje
en el pretérito se desvanece.
Última esquema, grito de todos
entre el fuego. Hay
tapiz persa sin mancha y sin pies,
mirada sin freno y andante
rio con su cauce y geografía.
Ivette Mendoza

viernes, 26 de abril de 2019

El rostro que encubre la verdad


El rostro que encubre la verdad.
La verdad que silenció al mundo.
El mundo clavado al sueño
el sueño que ejecuta la almohada.
La luz resucitadora.
La mentira que calla.
La quimera del que calla,
la pasión que eterniza
que nos hace comprensivos.
La realidad enmascarada.
Mi no verdad y la de nadie.
Ivette Mendoza


jueves, 25 de abril de 2019

El cuerpo con olor a barro


El cuerpo con olor a barro
conoce la travesía terrenal
contra los designios del alma.
Ponderación sobre lo deseado contemplan
el amor como la única posibilidad necesaria
para conocer el mundo
y vivir siempre al tanto de un todo infinito.
Cuando escucha
abre un tiempo inmemorial que alumbra
un conocimiento en ensueños
hoy, mañana y siempre o a la hora del ocaso.

Nube gris

Nube gris
horizonte nebuloso.
De un polen a otro
se inyecta el amor.
Por las noches hay una luciérnaga
de barro y de luz.
Nube gris
horizonte nebuloso.
Permanece un girasol enredado
en el sol.
Permanece el girasol olvidado.
Ivette Mendoza

miércoles, 24 de abril de 2019

Esta luz


Esta luz
esta lejanía
este ojo que traspasa las paredes
este pétalo mustio de la flor
esta herida en el centro del alma
esta desilusión en la vida humana
este dolor de un cuerpo escueto
esta soledad cual sonido gris
esta brisa
este deseo
este reflejo
en el que se torna el mundo
con su sombra más callada y despierta.
Ivette Mendoza

Aquí los pájaros


Aquí los pájaros, la flores, las colmenas;
ah mundo, yo te quiero dentro de la pasión.
Aquí los universos por cien mil pétalos;
ah sonrisa, qué injusta la vida ha sido.
Entre paredes, llaves o amargura,
entre brisa de ilusión o entre soles,
retomar es anegar siempre el corazón
labra tu piel, es el flanco estrujado.
Este borde oscuro bienaventurado,
este tumulto rosado;
quizás el alma está naciendo,
quizás ha huido como una mariposa
dejando espacio para un gran amor.
Ivette Mendoza


domingo, 21 de abril de 2019

Océanos de azúcar


Océanos de azúcar
maravillosa nebulosidad
de luna naciente cuya centro alumbra
universo inexplorado,
velo de luz
sutil de la tierra
relámpago de estrellas
manantial de numen inagotable,
frágil vestigio
en gasa de mieles
donde esculpe la brisa tu voz
con delicada savia tejida en Tulipanes
frondosos de anhelantes jardines,
mujer de trigo
fragancia cuyo suspiro
me lleva a encender
tu verdad más clara.
Ivette Mendoza

miércoles, 17 de abril de 2019

Pájaro triste de la suerte


Pájaro triste de la suerte,
canta la poesía de la muerte,
espero escucharlo tranquila
cuando llegue el tiempo de
hacerlo,  festejaré la canción
con una doble sonrisa inerte.

Talvez, todo es posible, advierte,
mucho mejor en la espesura
escuchando la triste melodía
del jamás y de la melancolía
vino, tango, para comprenderte
y da cabida a oscura hermosura.
Ivette Mendoza




martes, 16 de abril de 2019

Dos metales



Dos metales:
el oro y la plata
enlazados en alumbramientos
donde el brillo define su eternidad.
Sombrío su fuego en otoño.
La llama índigo de su amor
es señal de que algún rayo de luz
circunda en nuestras almas.
Ivette Mendoza

domingo, 14 de abril de 2019

Entre los jardines ocres


Entre los jardines ocres 
una muralla negra de la niebla
acalla en la noche muerta,
se deslizan la luz y los encantos,
florece lejana
la eterna canción de la mariposa
cinco azucenas,
llagadas de avenas
desde su campo cibernético,
saltan en algarabía
con su rojo moderno,
y llegan apresuradas, condenándose,
hasta el castillo oscuro de Drácula,
y entran
y adornan sus cuellos los muertos.
Cuanta sangre entre sauces llorones,
cuantos colmillos infames,
cuantos fantasmas ciclones.
Ivette Mendoza

jueves, 11 de abril de 2019

Con la claridad irreal


Con la claridad irreal
en hora buena amanso
tu endeble sentimiento
cuando todo está
convulsionado de soles
su menguado aleteo, requiebra.
Por lo gris se despeina,
Por lo verde de mis venas
Por el hallazgo en la memoria
! Oh, atemorizada!
Por su ondulación en la idea
ya próximamente
encaramada a mi lealtad,
se puso a recordar y
yo, quedé aquí varada
riéndome
de la vida.
Ivette Mendoza

lunes, 8 de abril de 2019

Cadencia

Cadencia
suave cadencia sin vuelta de hoja
dulce frialdad
que escondes letárgica mis cadenas.
Venas duras, venas azules,
larga sombra apretujada.
Ilustre cenicienta que me lloras,
obstinada e incesante,
a otro lugar sin serranías.
Triunfador de mis días
descubres campante mi suerte
y suplica fútil a tus condenas,
transmitido a tu espina eternal
y soñolienta.
Nómada del viento
arrodillada a tu clemencia
en tu barro me rindo
y apenas tus gestos
adivinan el curso de la vida,
son mensajes
achaques del silencio
azuzando
cadencia
bendita cadencia
que ya no ríes
despiértame temprano
por las mañanas
cadencia
suave cadencia
revestida de melancolía.
Ivette Mendoza



Alborada de penumbras

Alborada de penumbras
soy el alba.
Tulipanes amarillos
adornando mi jardín.
Alborada de penumbras
yo te amara.
Cabellos de azahares y violetas
cadencia en tu mañana.
Lejanos brazos,
en la distancia
se unen silenciosamente.
Sobre el viento inclemente
una luz rodea
mi corazón en oración.
Con una flor de azabache,
una onomatopeya de pasión me salva
llevando en sus pétalos mi nombre
y los recuerdos encendidos  
como un ornamento inesperado.
Alborada de penumbras
soy el alba
blancos tulipanes
adornando mi jardín.

Ivette Mendoza

domingo, 7 de abril de 2019

Rosa del siempre


Rosa del siempre
de la primavera encendida
tu ilusión es la mía
al agitarte en el viento
y ser del momento
mi anegada pasión.
Rosa del siempre
luciérnaga de un día,
mi ilusión es la tuya
dentro del reino del siempre,
feliz respirar la mañana
como rosa del aire
del mejor tiempo todavía
la ilusión fue tuya
y navegando en la nada
descendiste a tu alegoría.
Ivette Mendoza

sábado, 6 de abril de 2019

Guardapolvo viejo

Guardapolvo viejo de martirios,
de revistas y amores
guardapolvo amigo
de calamidades y de dolores.
La mitad mía que me esperan
las sonrisas, los ardores,
testigo de mis soles amarillos.
Guardapolvo que me cubres
las heridas, los sentimientos
en mis largas noches tijereteado,
guardapolvo de mis hazañas
¡Cuántos surcos hilvanas!
¡Cuántas historietas recoges!
Guardapolvo
del recuerdo, del delirio,
de la memoria
amenos sueños se bordaron
jugueteando en la nieve
de aquel rostro feliz que
lleva siempre guardapolvo
sus mañanas.
Ivette Mendoza

viernes, 5 de abril de 2019

Alumbrada en aguas claras

Alumbrada en aguas claras
el fuego canta conmigo.
Como un señor cantante,
de corazón compasivo,
atrae su alma albada
canción de dios vivo.
Y tiene canto de santo,
canto de pájaro divino,
canto de alondra sombra,
canto de ataúd y espanto.
Un tanto de Olimpo desciende
al humeante gesto Constantino.
Ivette Mendoza

domingo, 31 de marzo de 2019

Consecuencias

Consecuencias
he vivido, he pasado.
Ha dolido la herida en las tinieblas,
abrazada al sueño frágil de la vida.
Sobre esta tierra seca
he derramado un llanto de soledades
en el cristal febril de tu ilusión,
desde el fondo del fondo palpitar de mi vivencia.
Amar, vivir una incompresible realidad
sin mayores consecuencias,
alimentar la fantasía
en la noche sorprendente
para de nuevo ser deseada.
Ivette Mendoza

viernes, 29 de marzo de 2019

El sustantivo amigo

El sustantivo amigo del viento
hacen extender las manos del ausente
acariciando el rostro de mí ruina,
a Morfeo y Pericles y los otros,
huyen de sí mismo, del pájaro alucinado.
Siendo yo el mal acaso del cuchillo y el ocaso,
lo que devoro en la cumbre del fracaso,
es luego debajo de una rama del olvido olivo
la gentileza de un sí y no,
de un entre fuego, amor y paz y vivo en
el sigilo.
Ivette Mendoza

jueves, 21 de marzo de 2019

Hola, hasta el ensueño, amor mío


¡Hola, hasta el ensueño, amor mío,
amor mío, la llave de mi alma!
¡Hola...! amor venidero, divino;
realidad en su ensoñación dulce.

¡Hola, hasta el ocaso! Un nuevo cielo,
revivir tu alegría con mi buena suerte,
y si mi amor te da el gozo,
alzo mis manos, aleluya a mi plegaria.

Soy para ti la rosa más hermosa,
y la ilusión del beso dentro del corazón.
Y abriendo esta pasión de mí existir,
acepto el fuego en nuestro porvenir.

Pedir permiso y volver a existir
barro y polvo, así nos despedirán.
Usa esas llaves, abre ante el alba
la prisión de nuestras almas.
Ivette Mendoza


martes, 12 de marzo de 2019

Virilidad vegetal

Virilidad vegetal, formas diamantinas.
Y una despiadada espiga entre mar y cielo
que abre su mecanismo de cansada luz
en un fondo de ortografías masculinas.
Arquitectura de nieve andaluz, nubes asesinas
levantan su corpiño de avestruz
y una obra de hielo
que se mueve gibosa en las campiñas.
Ivette Mendoza

miércoles, 6 de marzo de 2019

Luminosidad del agua

Luminosidad del agua,
Caracolas de las flores
Secretos de Managua:
Alba y ámbar en conchas.

Máquina truculenta,
Tristezas de romerías
Con rigor de filosofía:
Miel de la voz ruda.

Biografía con ciencia,
Tenazmente aventada
De mitones entre cosas:
Arena sólo con su mirada.

Si buena tan insolente,
Tan sólo insolente, siempre
Conjunto en un punto:
Robótico, bloque presente.

Soles de los campeones
Puros sin tregua comedia,
Rapaz, sin ingenio:
¡El mar, el mar a media!
Ivette Mendoza

martes, 5 de marzo de 2019

Busco el ánima del alma

Busco el ánima del alma,
y soy mi fiera dentro de mí misma.
Largo es el camino de la prueba.

Nacen los sueños de la palabra
y trasciende al barro y al cristal.

Un recorrido por encima de la niebla,
cual búho de acero,
que contempla a como asciendo
esperanzada, sosegada.

Dulce tormento. Lo ya dicho.
Horizontes abiertos me rodean.

Mi auto retrato es testimonio,
es aclaración. Es sentimiento.
Ivette Mendoza


lunes, 4 de marzo de 2019

Añoranza en bienaventuranza

¡Añoranza en bienaventuranza!
Ni viento ni dolor vivo
para apaciguar las almas
de estos días sin puertos,
las horas son sólo espacio,
el espacio es huida al tiempo
de tacto hacia un más allá;
sin besar lo vencía y lloraba.
El bejuco viene con voz,
queda sin letargo alguno
como alfombra desnuda
que suda buda y apenado reía.
No tienen color ni a las
lágrimas cargaría:
que en frio un frio fuera
poco se comportaría.
El anochecer habrá venido,
y me avisaría,
no por pasos antiguos
ni por silla que brilla,
sino por envolverme
así de mi costilla,
cual si, de mí sobrando,
dejándome no querría:
de nosotros con la suerte
y el lenguaje que no afina,
con la muralla negra
y los sentidos hechos cenizas.
Ivette Mendoza

domingo, 3 de marzo de 2019

Anfiteatro estridente

Anfiteatro estridente,
pedazo de floresta constituido
por el que iba hacia el umbral
de aquel baúl lleno de ilusiones,
alondras cantoras
que viajan sonoras.
Dentro de ti estaba el galardón
recubierto por el oro en polvo
y todo lo marchito existía            
en mis ensueños.
Casas sin techos,
aldaba maravillosa
porque introducía mi recuerdo;
viviéndote, sentía
de alguna forma te recordaba.
Y siempre acercaba el oído
entre la penumbra, escucho
cómo gemir suavemente,
corroído por el metal,
del pesado cerrojo de una verja
de la entrada quizás.
Ivette Mendoza
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sábado, 2 de marzo de 2019

Viajaba mi corazón

Viajaba mi corazón,
en caracola del sentimiento
excitando, virulento,
su triste canción.
Y más tarde la pasión
mentiras
quimeras
del ocaso colosal.
Lo mínimo, lo real.
Ah qué amargo ahínco.
Corazón leal.
Ivette Menddoza
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¡De nuevo, Marzo!

¡De nuevo, Marzo! Estremecida luz
de la tierra de la pasión, despertando
su beso ardiente, recordada en la
nada toda sonriente y perfumada.
Si de luz hermosa se tiñen los,
campos, de suave aroma su amor
suspira y la claridad que anhela mi
conciencia, muy bien allí se asienta.
Mi corazón sensible se enternece y es
el aura de mis días calma y efímera.
El asombro de ser una parte
de esa luz es porque es fuego que a mi
alma soñadora enciende y como ave
puede alzarse en vuelo en su desvelo
hasta tocar los umbrales del infinito,
conservando siempre tu memoria en
la mía.
Ivette Mendoza