Una constante papiroflexia
Una constante
papiroflexia más un graznido de oleaje
es una
estampida de peces parachoques.
Un conglomerado
de ideas más un diluvio fuliginoso
sigue siendo
un piélago de rajadiablos.
Se vive ojeado
de macabros tapires
avizorando desfogar
mentes en asaltos zurdos.
Hilaridad y
octavillas de pasiones ocurrentes.
Todo eso es
más y más indeleble.
Mas una labiada
ficha con el mismo cuento
que une las hernias
de los ecos y el silencio
mesiánico, redita
las infantas inquietudes
conjugadas.
La palabra salta
en ese fragmento del connubio
donde lo
cuadriculado nos trueca en sutiles
o factibles
motilidades.
Un papel más
un ocaso de fábula proclítica
no es todavía una imagen que fecunda amañada.
Ivette Mendoza Fajardo